D O C E

12 2 0
                                    

Al despertar me siento completamente desorientada, pero al mismo tiempo como si hubiera dormido diez años. Estoy completamente relajada y me cuesta abrir los ojos, pero me obligo a hacerlo y agradezco haberlo hecho.

Frente a mi tengo la vista de Steve, que está completamente dormido. Aún tiene rastros de la marca de Harry Potter en la frente, algunos rizos desordenados le caen sobre la frente y tiene su cabeza apoyada en su brazo. No sabía que alguien podía lucir sexy y tierno a la vez mientras duerme, pero ahora lo sé.

Estoy vestida, así que sé que no pasó nada entre nosotros, pero aun así no soy capaz de pensar en qué momento ambos nos quedamos dormidos uno junto al otro. Intento hacer memoria, pero en mi cabeza hay una enorme mancha borrosa que me impide recordar que ocurrió.

Por favor diosito, que no haya hecho nada estúpido.

Siento la boca completamente seca y muchas ganas de orinar, así que con cuidado de no hacer ruido salgo de la cama. Veo que sobre la mesita de noche hay un vaso con agua, así que me lo bebo de golpe. Eso solo provoca que me den más ganas de orinar, así que voy de puntillas al baño.

Cuando por fin me desahogo, lavo mis manos y me miro al espejo. Mi cabello es un desastre, pero para mi sorpresa, mi rostro no. Creí que tendría el maquillaje corrido por todo el rostro, pero mi piel está completamente limpia.

Tengo muchas preguntas.

Arreglo un poco mi cabello antes de salir del baño y encontrarme a Steve sentado en la cama, luciendo confundido. Al escucharme salir del baño levanta la mirada hacia mí y su expresión de confusión es cambiada por una sonrisa.

- Creí que habías escapado.

- De lo único que escapé fue de orinar tu cama.

- ¿Qué haces despierta? Ven aquí y sigamos durmiendo - dice, haciéndose a un lado y dándome espacio en la cama.

- Steve, tenemos que limpiar.

- Ese es un problema para el Steve del futuro, acuéstate conmigo y déjame abrazarte, hace mucho frío para levantarse - río un poco y voy hacia la cama, me acuesto a su lado y de inmediato el envuelve mi cuerpo con sus brazos, escondiendo su rostro en mi cuello.

Su respiración en una zona tan sensible me hace sentir escalofríos, así que me distraigo comenzando a acariciar su cabello.

- Harás que me acostumbre a eso - susurra contra mi cuello, causándome cosquillas.

No nos dormimos, pero nos quedamos en aquella posición. Ambos estamos relajados y Steve no tiene intenciones de levantarse. ¿Quién soy yo para obligarlo?

- ¿Livie?

Steve es la única persona que me dice Livie y me gusta, se siente más personal.

- ¿Sí?

- ¿Recuerdas que pasó anoche? - hay un toque de nervios en su tono de voz y eso me pone en alerta de inmediato.

- Ay no ¿Qué hice?

- Solo dime que tanto recuerdas.

Comienzo a hacer memoria. Lo último que recuerdo es bailar con Valerie y luego ir a la mesa de comida por algo de beber. Ahí me lo encontré y comenzamos a conversar. Desde ahí no recuerdo nada más y se lo hago saber.

Steve se queda en silencio durante algunos segundos y eso me pone nerviosa.

- ¿Hice algo muy malo? ¿o quedé en ridículo? Aunque eso sería algo normal en mí. Al menos dime que no arruiné el cumpleaños de Eric.

- No arruinaste el cumpleaños de Eric, ni hiciste algo malo y tampoco quedaste en ridículo, tranquila.

- Entonces ¿Qué hice?

Sabor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora