Noche 37

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—Yo... yo no... —balbuceaba Zena mirando los ojos de la princesa que tenia a un lado

—¡Esto es el colmo! —dijo Momiji apretando mas la muñeca de su madrastra provocando que soltara un grito de dolor. 

Zena la miraba con ojos desorbitados ante la inmensa fuerza que parecía tener la princesa. 

—¿Sabes cual es la pena por intentar asesinar a un miembro de la familia imperial? —preguntó Momiji —¿no lo sabes? te aseguro que es mucho peor que la muerte. 

— No, yo no quería, ¡ella me obligo! no fue mi idea, te juro que yo no quería hacerles daño, por favor no le digas al emperador —suplicaba Zena con lagrimas en los ojos. 

—¿Ahora si lloras? pero cuando estabas a punto de asesinarme estabas muy contenta —le recrimino Mizuki.

—¡lo siento! ¡lo siento mucho! me dijo que envenenaría a mi hijo, envenenaría a Yuan si no te asesinaba ¡perdonen me por favor! 

—¿quien te pidió que hicieras esto? —preguntó Momiji

Zena solo miraba de una a otra con el terror marcando su rostro. 

—¡Vamos dilo! o le diremos todo a nuestro padre —amenazó Mizuki

—Ya lo saben... Min Kio las quiere muertas, fue ella, fue ella, ¡perdonenme!

En ese momento Momiji la soltó y Zena callo al suelo de rodillas. 

— ¡Esa perra! de verdad no entiendo que tiene contra nosotras —exclamó pensativa Momiji

—Creo que simplemente hay demasiado odio en su corazón —dijo Mizuki

Las dos princesas no concebían en su cabeza que fuera tanto el odio que les tenia su madrastra que incluso las quisiera ver muertas, eso era llegar demasiado lejos y ahora tenían que idear un plan para ayudar también a su hermano Yuan si no querían que Min Kio lo envenenara también. Mizuki estaba a punto de proponer ir a buscar a Sayuri, cuando como un rayo Zena se levanto del piso y se lanzo de nuevo contra Mizuki con la daga  en alto. 

Momiji intento detenerla de nuevo, pero esta vez se dio cuenta que no lograría detener su mano, así que se lanzo con todo su cuerpo sobre su hermana. La daga se hundió en la suave piel de la princesa, rasgando su hombro y parte de su brazo. 

Zena de inmediato soltó la daga que seguía en el hombro de Momiji mientras caminaba muy despacio hacia atrás, hacia la salida. Mizuki miraba horrorizada la gran herida que tenia su hermana y como la mancha roja de su herida se expandía rápidamente por su vestido. 

La concubina entonces dio media vuelta y corrió hacia la salida, pero cuando llego a la puerta, esta se abrió de golpe. Los ojos de Sayuri fueron rápidamente de la concubina que tenia enfrente, a sus hermanas detrás de ella.

—¡Apuñalo a Momiji! esa maldita apuñalo a Momiji — acusó Mizuki mientras intentaba detener la hemorragia de su hermana. 

Sayuri de inmediato tomo a Zena por el cuello y volvió a meterla a la habitación cerrando la puerta tras ella. La preocupación mezclada con la ira indescriptible por haber lastimado a su hermana la cegaron, sin soltarla del cuello, Sayuri descubrió el hombro de la concubina y clavo sus colmillos en ella. Momiji entonces de un tirón saco el cuchillo de su hombro y se levanto para unirse a su hermana Sayuri, tomando uno de los brazos de la concubina, lo descubrió para ella, enterrando sus colmillo y bebiendo su cálida sangre. Todo esto ante la mirada de horror y sorpresa de su hermana menor. 

En unos minutos terminaron con ella, secándola por completo, dejaron caer el cuerpo de la concubina sin vida al suelo. Mizuki miraba a sus hermanas sin comprender que sucedía. 

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⏰ Última actualización: Oct 15, 2023 ⏰

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