Noche 3

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Clases privadas

Al día siguiente y cuando ya pasaba del medio día, un pequeño pajarillo de panza azul y alas rojas volaba por las inmediaciones del castillo cuando decidió aterrizar a la orilla de una ventana abierta para descansar, el clima era perfecto y hacia un día tan bueno que el pequeño pajarillo no lo dudo dos veces y comenzó a cantar; apenas llevaba unos pocos minutos trinando, cuando de pronto una almohada se estrelló contra él, tirándolo de la ventana, por suerte a medio camino del suelo alzo el vuelo y se marchó.

-asquerosos pájaros, porque no pueden dejar de molestar- dijo Momiji cambiando de posición aun con los ojos cerrados, pero tan solo ese pequeño movimiento mando varias descargas de dolor por todo su cuerpo, provocando que lanzara un grito.

-¿Qué pasa? ¿Qué pasa?- grito Sayuri levantándose de golpe, pero al igual que a Momiji todo su cuerpo se estremeció de dolor

-me duele todo, creo que moriré- decía Momiji sin querer moverse de nuevo, pero de pronto un pie se estrelló en su cara

-¡YUE!- grito Momiji molesta y haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad empujo a su hermana hasta tirarla de la cama

-¿Qué te pasa?- le dijo Yue levantándose del suelo, sintiendo al igual que sus hermanas todas sus extremidades adoloridas.

-algo le pasa a mi cuerpo, no puedo moverlo, creo que moriré- dijo Mizuki sin moverse de donde estaba.

-son unas ridículas, obviamente estamos adoloridas por el arduo trabajo del día de ayer, pero mientras más se muevan más rápido se les pasara- les recomendó Sayuri quien ya se había levantado y se estaba moviendo lentamente.

-lo dices tan fácil porque a ti no te lanzaron fuera de la cama- se quejó Yue

-si no hubieras estrellado tu pie en mi cara no hubiera sucedido eso- se defendió Momiji

-Bueno en todo caso ¿ustedes que hacen en mi cama? parece que no tuvieran sus propias habitaciones- dijo Sayuri.

Todas estaban a punto de lanzarse contra ella cuando uno de los sirvientes toco una pequeña campana situada afuera de la habitación, señalando que alguien solicitaba la entrada. Sayuri se aliso un poco el cabello e indico que entraran.

Las puertas se abrieron y entro en la habitación uno de los Reikis de su padre (nombre dado a los sirvientes de más alto rango encargados de diferentes tareas específicas y que tenían a su cargo varios sirvientes de bajo nivel) seguido de un sequito de sirvientes.

-Buenos días sus altezas, el emperador me ha mandado con un mensaje; desea que se vistan con estos trajes que confecciono especialmente para cada una de ustedes y se reúnan con él en la biblioteca del ala norte lo antes posible- dijo el Reiki señalando los trajes que llevaban los sirvientes en cajas doradas.

Con una señal dejaron las cajas sobre uno de las mesas de la habitación y salieron rápidamente para dejar que se vistieran.

-¿para qué querrá hablar con nosotras? ¿Se habrá enterado que ayer nos ayudaron con nuestras ultimas tareas? - se preguntó Mizuki

-no lo creo, seguro es para regañarnos por haber faltado a la cena de clausura- respondió Sayuri

-Bueno no importa, sea lo que sea lo averiguaremos, mientras, ¡vengan aquí y miren esto!- dijo Momiji quien ya estaba abriendo las cajas doradas que habían llevado los sirvientes.

Dentro de ellas había cuatro vestidos de color azul claro de manga larga y muy sencillos, junto con unas túnicas del mismo azul pero con las orillas de un azul brillante y más oscuro, en las solapas y estolas había hermosos grabados con el mismo tono de azul brillante y en el pecho de lado del corazón estaban los nombres de cada una de ellas, bordado con hilo de oro. Aun que eran sencillos eran muy hermosos.

Jaula de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora