Noche 8

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Semana de descubrimientos

A la mañana siguiente, en el comedor real se encontraban desayunando las cuatro princesas. De las cuales dos bostezaban cada pocos minutos, provocando la risa de sus hermanas al ver que estaban a punto de caer dormidas.

-Te apuesto lo que quieras a que Momiji se ahoga en la sopa en cualquier momento- dijo Yue a su hermana Mizuki provocando la risa de ambas.

-¡Estoy somnolienta no sorda!- se quejó Momiji.

-Eso ya lo notamos hermana y la verdad es que no nos sorprende, hasta altas horas de la noche estuve escuchando tus murmullos con el sirviente nuevo- se quejó Yue

-Pues te hubieras puesto tapones para los oídos- replico Momiji sacando la lengua a su hermana.

-Bueno es más que obvio que estuvo haciendo Momiji toda la noche, pero ¿por qué Sayuri también esta tan somnolienta?- pregunto Mizuki

-Sí, ¿Por qué?- agrego Yue mirando a su hermana con recelo

-Me parece que ya es tiempo de ir a la clase de Ken- dijo Sayuri evadiendo el tema – así que me adelantare-

-No tan rápido Sa- yu-ri- dijo Yue agarrándola del vestido

-No es la gran cosa- respondió Sayuri resignada –la verdad es que me tiene algo nerviosa la idea de Yue yendo todos los días a ya saben dónde y Momiji desafiando las reglas con ya saben quién-

-¡Mientes!- sentencio Momiji

-Claro que no, todo se resume a la gran preocupación que tengo por ustedes, ¿Qué otra cosa podría ser?- dijo inocentemente Sayuri

-Bueno, es verdad, Sayuri siempre se preocupa por tonterías- dijo Yue

-¡Oye!- Se quejó Sayuri

-Nuestra hermana mayor tiene razón, la verdad es que yo también estoy muy preocupada por todo esto, si alguien se entera de cualquier cosa estaremos en grandes problemas, ¿no podemos simplemente regresar a nuestras vidas anteriores y estar tranquilas?- pregunto Mizuki

-¡No!- respondieron al unísono Yue y Momiji mientras se daban la vuelta para ir a sus clases.

Como el día anterior las tres hermanas mayores se quedaron a tomar sus clases mientras Yue se dirigía a su trabajo. 

Cuando llego al pueblo se dio cuenta de que había una agitación inusual, había mucha más gente en las calles. Enormes carretas con comida y otros objetos pasaban en dirección al palacio.

Cuando Yue llego a la posada su jefa la recibió con gran entusiasmo y alegría, pues había muchos clientes que atender que habían llegado muy temprano, sin perder tiempo Yue se puso a trabajar limpiando y sirviendo las mesas, sin apenas un respiro, tan pronto como alguien desocupaba una mesa, alguien más la tomaba. 

Lo bueno de todo aquello era que la calidez y belleza de Yue propiciaba que los clientes dejaran muy buenas propinas, pero lo que más le agradaba a la princesa era que entre las idas y venidas de una mesa a otra podía escuchar fragmentos de las conversaciones de los clientes, de esa manera se había enterado que el ajetreo se debía a que acababan de anunciar que se celebraría una impresiónate fiesta en el palacio. Ante eso Yue se preguntaba cómo era posible que los aldeanos se enteraran antes que ella que vivía en el palacio.

Pasando las cuatro de la tarde para suerte de Yue el comedor se calmó y pronto pudo tomarse un respiro, cosa que no duro mucho, pues en cuanto su jefa la vio sentada en la barra de la cocina se dirigió rápidamente hacia ella.

-Yume querida, sé que debes estar algo cansada, pero podrías hacerme un favor, la verdad es que estamos cortos de personal y necesitamos toda la ayuda posible-

Jaula de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora