Noche 35

13 3 0
                                    

Los dos encapuchados no tardaron en someter a sus contrincantes al tomarlos por sorpresa, el mas alto de inmediato había golpeado con fuerza la nuca de su contrincante dejándolo inconsciente en el suelo y el otro que era mucho mas bajo había atacado los pies del asesino tirándolo al suelo estrepitosamente y después golpeándolo con su rodilla en el rostro mientras caía, eso lo había dejado noqueado.

Yue intentaba procesar que sucedía, aun que pronto entendió que no importaba, era su oportunidad para escapar, así que sin perder tiempo dio media vuelta e intento huir por la parte trasera del granero, pero para ese entonces Barrabas ya se había repuesto y le cerraba el paso con un cuchillo en la mano, los dos encapuchados pasaron junto a ella como una exhalación y se pusieron frente a ella protegiéndola. 

-¡Sal de aquí ahora! - le ordeno una voz gruesa y conocida que provenía del encapuchado mas alto y corpulento 

Yue se quedo de piedra, si antes estaba acabada ahora estaba doblemente acabada. Dio media vuelta y se dispuso a correr cuando se percato de que los dos asesinos restantes tenían a Haru reducido en el suelo, golpeándolo sin piedad. Yue no lo resistió busco a su alrededor cualquier cosa que pudiera utilizar como un arma, pero lo único que tenia a la mano era la lampara que habían dejado en el suelo, Yue no tenia tiempo, sin pensarlo demasiado la tomo y la estrello contra la cabeza de uno de los hombres que atacaban a Haru. La lampara estallo en pedazos y el fuego en su interior se apago soltando chispas al rededor de ellos.

El otro asesino al ver el ataque de Yue de inmediato volteo hacia ella y le propino un puñetazo que la mando al suelo al lado de Haru, quien en ese momento, se encontraba muy mal herido e intentaba levantarse del suelo.

-¡Maldita perra te asesinare!- grito el hombre levantando su cuchillo hacia ella

Pero no logro mover ningún otro musculo, un muro de carne y hueso imponente lo tomo del brazo que blandía el cuchillo y lo derribo al suelo, el asesino se removió intentando quitarse de encima a aquel imponente hombre pero sin ningún éxito. 

Yue estaba tan impresionada viendo esa escena que no se percato que el hombre al que había golpeado con la lampara se abalanzaba sobre ella, pues solo lo había aturdido un poco con el golpe, noto el ataque hasta que Haru la empujo al suelo y la cubrió con su cuerpo. El asesino hundió su cuchillo en el estomago de Haru, lo saco de su victima y volvió a asestar otra puñalada, cuando se disponía a propinarle una tercera, el otro encapuchado lo tomo del cuello y lo lanzo al suelo, por detrás de ellos y se abalanzo sobre él cubriéndolo con parte de la capa que llevaba, el hombre intentaba debatirse bajo su oponente pero pronto todo su cuerpo quedo inerte y dejo de moverse. 

De todo esto Yue ya no tenia conciencia, pues toda su atención estaba en el chico que la había protegido con su propio cuerpo.

-¡No! ¡No! no puede ser, no puede ser- repetía mientras intentaba detener el sangrado de las heridas de Haru, pero la sangre salia a borbotones, el chico respiraba con dificultad, estaba claro que la paliza también le había roto algunas costillas

-¡General! ¡GENERAL! ¡Touken! ayúdame, ayúdame- gritaba Yue mientras de sus ojos caían un torrente de lagrimas.

Ella no se había especializado en el combate como sus hermanas mayores, al contrario, ella y Mizuki habían elegido la enfermería y eran muy buenas en eso , por eso sabia que aquellas heridas eran mortales, sabia que si no hacia algo rápido...

El general llego de inmediato a su lado quitándose la capucha para revisar al chico, en ese momento una luz cada vez mas brillante detrás de ellos le ayudaba a examinar mejor sus heridas. Pero pronto se dio cuenta, de lo mismo que Yue ya sabia. La miro con tristeza e intento sujetar su mano. 

Jaula de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora