Quinta Ronda: Parte 4

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En una de las salas de espera hechas para los peleadores de la humanidad se encontraba una escena inusual, en ella estaba una gran mesa con doce personas sentadas, viendo a través de una pantalla la transformación y aparición de Satanás a través de la *última trompeta del apocalipsis*.

"Parece que ese maldito bastardo ha vuelto" Dijo un hombre musculoso conocido como San Pedro, parecía totalmente enojado e indignado.

"¿Debemos intervenir maestro?" Preguntó San Juan mientras los once apóstoles presentes miraban a su líder que estaba sentado en el centro, ese era el supuesto hijo de uno de los dioses infinitos, Jesús de Nazaret.

El mencionado dio un sorbo a una copa de vino bendecida por él mismo mientras contestaba a sus discípulos, los cuales eran los doce apóstoles a excepción de Judas Iscariote. "No debemos hacer nada por el momento, el señor me comunicó que esto pasaría" Dijo mientras parecía provocar conmoción entre los apóstoles.

"Maestro, ¿Dios te ha dicho el resultado del combate?" Pregunto San Mateo mientras comía un trozo de pan de la mesa, Jesucristo sonrió.

"Sólo diré que la luz siempre ilumina más cuando la oscuridad y el pecado tratan de consumirla" Dijo filosóficamente como era costumbre, los apóstoles volvieron a mirar la pantalla mientras continuaban pensando en la frase dicha por su maestro.

En el balcón griego, Asmodeus pareció arrodillarse rápidamente cuando se dio cuenta de que su verdadero amo se encontraba de nuevo en carne y hueso, aunque sea con otro cuerpo, Perséfone se mordió el labio inferior mientras miraba la arena con el ceño fruncido.

"Ese maldito demonio ha vuelto" Dijo ella mientras recordaba la gran cantidad de leyendas malignas que se cuentan de Satanás en el inframundo, la más común era decir que si el gran señor del infierno decide volver el mundo será tragado por la oscuridad.

En la arena, Nut trató de dejar de temblar, pero estar tan cerca hacía que su cuerpo estuviera en alerta constante y sus instintos le dijeran que saliera corriendo de allí, era una sensación casi insoportable, por suerte el Hércules cósmico no pareció verse afectado por el aura del nuevo ser que se había formado.

"Saludos, diosa egipcia, puedes llamarme Satanás o Lucifer" Se presentó mientras inclinaba su nuevo y femenino cuerpo en señal de reverencia, luego continuó hablando.

"Tenía pensado desde hace miles de años apoderarme del cuerpo de Lilith cuando usara lo que le di, ahora que todos mis experimentos han acabado, es hora de volver a ser el soberano del infierno" Sentenció mientras miraba a Nut, la cual trataba de no mostrar su miedo, pero fracasó, el temblor de su cuerpo ya lo decía todo.

"Diosa egipcia, realmente no tengo ningún problema contigo, pero te mataré para agradecer a Lilith darme su cuerpo y a la vez veré cuantos de mis poderes he podido recuperar" Terminó de decir mientras miraba a Heimdall, el cual dio un salto del susto.

"¡Y-Ya lo han oído, Satanás continuará la ronda que empezó Lilith!"

Anunció Heimdall, haciendo que la humanidad parezca desesperar mientras los dioses parecieron no importarles y empezaron a animar al señor del infierno.

Mientras, en los asientos de honor de la humanidad Buda trató de comprobar el tipo de oscuridad a través de su habilidad ocular, pero el simple hecho de tratar de verlo casi lo deja ciego de su único ojo, cosa que lo hizo quejarse y llamar la atención del resto de antiguos combatientes humanos.

"Él es muy diferente de Hajun, he tratado de ver si era igual al demonio que me enfrenté y casi pierdo la vista, ese ser es un vórtice interminable de oscuridad y maldad" Explicó Buda con una seriedad rara vez mostrada en él, e incluso preocupación por lo que le pueda suceder a Nut si decide plantarle cara al demonio supremo.

"Otra vez" El Segundo RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora