Intermedio y Presentaciones de la Duodécima Ronda

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En el balcón griego, Perséfone no podía aguantar más su conmoción ante semejante información dada por uno de sus más leales sirvientes que ha tenido la suerte de escapar de las garras de los demonios.

"¡Iré y recuperaré lo que es nuestro! ¡Lo que era de mi esposo!" Gritó la reina del inframundo mientras preparaba un portal hacia allí, pero Adamas le agarró fuertemente el brazo a la mujer para que se detenga.

"¡No puedes volver! ¡Te matarán y yo le prometí a Hades que me haría cargo de su seguridad! Es más importante tu vida que el maldito castillo" Declaró el dios con partes metálicas mientras trataba de impedir que Perséfone fuera al inframundo a ser asesinada por los crueles demonios.

"¡Pero, también estamos dejando morir a nuestros habitantes que vivían en el inframundo! ¡Un verdadero rey lucha al final de su vida por los habitantes de su nación!" Gritó Perséfone en lágrimas mientras Adamas bajaba la cabeza, recordando a Hades por unos breves segundos. Pero la trágica escena fue interrumpida por una risa que llamó la atención de todo el panteón.

"¡¿Y tú de qué carajos te ríes?!" Preguntó Adamas con furia al ver que el responsable era Zeus, el cual continuó riendo unos segundos más antes de contestar.

"Esa invasión al inframundo puede ser la llave que necesitamos para cambiar todo el torneo" Fue la única contestación que dió Zeus para luego irse rápidamente y perderse de vista entre los corredores del coliseo, llenando de ira a Perséfone.

"Padre, ¿Qué quieres decir con eso?" Preguntó Ares, sin haberse dado cuenta de que Zeus se había marchado debido a la velocidad que posee el padre del cosmos.

"Creo que yo lo sé" Contestó Hermes mientras se llevaba una mano al mentón, creyendo haber deducido lo que Zeus quería decir con esas palabras.

Ese pensamiento fue interrumpido cuando el celular del dios mensajero comenzó a vibrar, indicando un nuevo mensaje.

"El panteón chino tomará la próxima ronda y no hay discusión"

Eso era lo que ponía en aquel mensaje, haciendo que Hermes ría un poco ante la obviedad que era eso, al fin y al cabo, de los tres peleadores que quedan, dos de ellos pertenecen al panteón chino, era evidente que ellos están ansiosos por demostrar su poder en una de las rondas más decisivas del torneo.

En los asientos de honor de la humanidad, Sasaki Kojiro miró hacia arriba con una pequeña lágrima saliendo de su ojo derecho, manteniéndose firme ante la muerte permanente de su amiga valkiria, sabiendo que Hrist nunca lo perdonaría si llora desconsoladamente por ella.

Mientras tanto, Goll continuaba llorando, culpándose de la muerte de Hrist y, a su vez, el empate de los dioses, la pobre valkiria estaba totalmente destrozada emocionalmente, y los consuelos de sus hermanas y de Nut no estaban surtiendo efecto.

"Me imaginaba que pasaría algo así" La voz de Buda se hizo presente en el balcón, llamando la atención de las presentes.

"Yo también sabía que los dioses no se iban a dejar amedrentar por los dos puntos de ventaja, pero el resultado del empate ha conllevado peores resultado de lo que me imaginaba" Contestó Nut con algo de pena hacia su primera amiga en muchos milenios.

"¡Soy peor que los demonios! ¡He matado a mi hermana!" Continuó lamentándose Goll mientras lloraba, haciendo que Buda suspire lentamente mientras miraba fijamente a Nut, en señal de que hiciera algo.

La diosa egipcia miró seriamente a Goll, dejando de lado cualquier rastro de pena y le tocó el hombre repentinamente. "Goll, mírame" Fue lo que le dijo la cúpula celeste, y en cuanto Goll se volteó entre sollozos, Nut le propició un puñetazo en la cara, mandando a la valkiria menor contra los muros del balcón, alterando a todos los presentes.

"Otra vez" El Segundo RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora