Octava Ronda: Parte 1

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En el balcón hindú, Shiva animaba a su hijo desde su cómodo asiento acompañado de sus esposas mientras Rudra miraba todo desde su asiento.

"¡Vamos, Ganesha! Demuestra a ese humano lo que hacemos los hindúes" Dijo Shiva mientras reía.

"¿Cuánto a entrenado Ganesha estos años?" Preguntó Rudra mientras miraba la arena, pero Shiva no pareció escucharle, estaba demasiado emocionado por ver a su hijo pelear. Rudra frunció el ceño mientras recordaba que Tlaloc había ido a buscar una sorpresa para él, preguntándose de qué se trataría.

El lado de la humanidad también animaba a su representante con gran energía, de hecho, para esta ronda todos los alumnos de Platón se sentaron juntos, incluido Aristóteles, quien parecía ser el único con actitud seria, seguramente por miedo a perder a otro ser querido como le ha ocurrido a su querido Alejandro Magno. Además de los alumnos, Sócrates también estaba sentado allí, con una sonrisa mientras observaba cómo lo sorprendería su antiguo pupilo que acabó con más fama que él.

En la arena, Heimdall ya había dado la señal, haciendo que Platón empiece a caminar lentamente.

"Parece que a ambos nos están animando con furor, veamos quién demuestra tener más ingenio que el otro" Dijo el filósofo mientras notaba como Ganesha negaba con la cabeza lentamente y se ponía en guardia.

"Eso ya está claro humano, te aplastaré como a un insecto" Dijo el elefante mientras se preparaba para la pelea, él nunca comprendió la razón de que su padre y Rudra les tengan tanto respeto a los humanos si son los mismos que le han arrebatado sus brazos, algo inaceptable y que Ganesha se encargaría de purgar.

Ambos peleadores acabaron a pocos centímetros del otro mientras la hierva se movía levemente por el viento que se había comenzado a soplar. Y en un abrir y cerrar de ojos el elefante agarró un brazo de Platón con su trompa.

"Veamos cuanto aguantas" Dijo la profunda voz de Ganesha mientras comenzaba a asestar una lluvia de puñetazos rápidos sobre el cuerpo del griego, el cual estaba en desventaja al estar con un brazo inmovilizado, trató de hacer fuerza, pero parece que la trompa del dios elefante era mucho más potente que su brazo, por lo que comenzó a usar su otro brazo para bloquear la mitad de golpes.

"¡Ganesha usa su trompa para retener el brazo izquierdo de Platón! Ahora el humano se ve envuelto en una ráfaga sucesión de puñetazos"

Platón notaba que solo bloqueaba la mitad de sus golpes, pero no le tomó importancia, ahora mismo no trataba de contraatacar, primero quería estudiar al enemigo.

"¡Sucumbe ante el poder del panteón hindú!" Gritó Ganesha con orgullo y acto seguido dejó de dar puñetazos, movió su trompa con rapidez y mandó a Platón a volar contra un muro.

"¡Ganesha mantiene su ventaja y lanza a Platón contra una esquina de la arena de combate!"

Los dioses empezaron a entrar en furor mientras la humanidad seguía también animando al filósofo, de hecho, los alumnos y su maestro no estaban preocupados lo más mínimo, todo esto era normal en Platón.

El filósofo se levantó y miró fijamente a Ganesha para luego señalarlo con su dedo índice. "Dios Ganesha, tu fuerza es asombrosa, pero desde ahora te aseguro que no volveré a recibir más golpes tuyos"

Declaró, sobresaltando a todo el mundo, Ganesha se lo tomó como un acto vanidoso, pero no se enfureció. "¿Qué te hace despertar esa confianza?" Preguntó por mera curiosidad, Platón sonrió brevemente.

"Todas mis preguntas sobre ti ya están resueltas" Fue lo único que dijo y acto seguido comenzó a correr hacia Ganesha, el cual se puso en guardia.

En cuanto Platón estuvo a una buena distancia notó como la trompa del dios elefante iba a envolverlo y lanzarlo de nuevo, pero el filósofo no hizo nada para esquivarlo.

"Otra vez" El Segundo RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora