Final de la Undécima Ronda

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(Flashback, Valhalla, hace muchos milenios)

(Muchos siempre se preguntaron la razón de que Hela, la señora de los muertos que hace sufrir a los caídos al Helheim por mera diversión y sadismo, ama tanto a su padre Loki al punto de hacer lo impensable por él, siendo el único ser vivo que ha llegado a amar realmente. La respuesta es simple, su padre estuvo con ella incluso en los peores momentos)

Loki, el dios del engaño, caminaba tranquilamente por las calles del Valhalla, el hogar de los dioses del panteón nórdico y gobernados por Odín, Loki podía presumir ser bastante cercano al líder y a su hijo Thor aún cuando ni siquiera es de la familia, pero ayudó de formas tan útiles al panteón que se ganó el respeto que le tienen, también fue gracias a eso que dejaron a su hija Hela quedarse allí, aún cuando desagradó a la inmensa mayoría de los dioses con su mera presencia.

Fue en esa caminata cuando observó a su pequeña hija Hela sentada en el bordillo de un escalón que lleva al gran hogar de los dioses nórdicos, la pequeña niña cadáver estaba abrazando sus piernas y hundiendo su cabeza en ellas, aparentemente triste o deprimida, alarmando a Loki en el proceso, Loki realmente amaba a su hija.

"¿Qué ocurre, mi pequeña princesa de los muertos?" Preguntó Loki mientras se sentaba en aquel escalón a su lado, la niña cadáver se mantuvo en silencio, sin querer contestar, provocando inquietud en el dios.

"¿Acaso Heimdall se ha vuelto a asustar de tu aspecto igual que el día que naciste?" Preguntó Loki, tratando de hacer una broma, transformándose en Heimdall en el proceso y haciendo un rostro divertido para intentar aumentar la cantidad de risas que produzca a su hija, pero no logró hacerla reír, sino que parecía aún más deprimida.

Loki volvió a su aspecto original mientras dejaba a un lado las bromas y decidía ponerse serio, mirando pacientemente a su hija, esperando el momento para hablar y saber a quién tendría que asesinar por provocar tanta tristeza en su pequeña hija.

"¿Papá? ¿Por qué me amas? Si sólo soy una aberración del orden natural de la vida y la muerte, no debería existir, y menos aún mostrar mi horroroso aspecto en el Valhalla" Habló Hela entre lo que parecían ser sollozos mientras levantaba su cabeza y miraba a su padre.

Loki quedó de piedra al observar que Hela tenía la mitad de su cuerpo (la que tiene piel pútrida) con su ojo rojo por llorar pero solo soltar lágrimas por un ojo, mientras la otra parte de su cuerpo, la cual son puramente huesos, temblaban repetidamente. El dios del engaño no había visto nunca a su hija tan deprimida.

"¿Quién te ha dicho esas palabras? ¡Porque me aseguraré de que sus huesos sean triturados y sus órganos sean el alimento de Fenrir!" Declaró Loki con furia, distorsionando su rostro exageradamente al punto de que su cara era sumamente perturbadora, pero al no obtener respuesta de su hija, supo que esa contestación no era la adecuada para animar a Hela.

"Hela, mi princesa de los muertos, si te amo es porque eres la cosa más perfecta que ha llegado a este desastroso mundo" Habló Loki más tranquilo, haciendo que Hela vuelva a mirarlo fijamente.

"Pero-" Hela iba a reprochar, pero Loki la interrumpió y continuó hablando.

"Eres la primera diosa llegada a este mundo que realmente se encargará de los muertos, las almas caídas de no van al Valhalla deben ir a otro sitio, y Hades no es el indicado para apoderarse de lo nuestro, eres la perfecta pieza que nos faltaba, por mucho que quieran negarlo" Continuó hablando Loki, haciendo que la pequeña Hela preste aún más atención a su padre.

"Y sobre todo, no te hace falta ser hermosa, ni que tu aspecto agrade a la gente, si supuestamente eres horrorosa a la vista... ¡Llena de miedo a estos dioses hasta que te lleves sus almas! El miedo es mucho más efectivo que el respeto, incluso los mortales lo saben, además, es muy placentero ver a hombres supuestamente fuertes cayendo en el pozo de la desesperación" Habló Loki con un rostro extraño mientras su lengua comenzaba a hacer movimientos anormales, casi cualquiera se habría perturbado ante sus palabras y su rostro, pero Hela miró a su padre con admiración y emoción.

"Otra vez" El Segundo RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora