Los dos días habían terminado, la arena estaba construida justo donde se dijo, en las llanuras de Prometeo, las gradas estaban llenas de nuevo, incluso algunos humanos parecieron al borde de la locura por tener que revivir esta pesadilla de torneo de nuevo, su destino vuelve a estar en juego, y aunque los dioses espectadores no lo sepan, sus destinos también lo están.
Allí, por los pasillos estaba Goll viendo una gran bolsa llena de armas hechas por Hefesto, el dios ha hecho honor a su atributo y ha podido en menos de 48 horas forjar armas divinas hechas especialmente para cada uno de los peleadores, Goll todavía recuerda la promesa que hizo con él sobre que si los humanos ganan tendría que casarse con él, aunque prefirió no pensar en ello y se dirigió a una sala para elegir tranquilamente al primer peleador, junto a ella estaba Hlokk la cual decidió seguirla y estar a su lado durante las batallas, cosa que la sorprendió debido a su carácter narcisista y egoísta, seguramente lo hace porque es la única de sus hermanas que sabe sobre el trato con Hefesto.
En la sala, Goll miraba atentamente la lista de peleadores, pensando quién podría ser el mejor para pelear primero. "¿Quién debería ser el elegido?" Pensó haciendo que Hlokk se empiece a desesperar por lo que tomó la iniciativa. "¿Qué tal este?" Dijo señalando la imagen de uno de los luchadores, Goll pareció meditarlo un poco, no es tan inteligente ni firme como lo fue Brunilde por lo que al final acabó aceptando. "Está bien, le avisaré personalmente, la primera ronda ya está a punto de empezar" dijo la pequeña alejándose rápidamente mientras Hlokk tomaba dirección hacia el balcón personal que tienen mientras sigue con un rostro serio. "Espero que pueda evitar que suceda lo de Hefesto" dijo preocupada mientras, como siempre, se miraba en su pequeño espejo, lo cual era una mala idea ya que se acabó chocando con alguien y cayendo al suelo al instante.
"¡Mira por donde vas!" gritó Hlokk como si la otra persona fuera la que tuviera la culpa, entonces fue cuando se fijó en la figura que tiene delante, con su ropa tan casual y esa paleta en la boca, sin duda se trata de Buda.
"¿Acaso quieres pelea?" preguntó de manera amenazante Buda haciendo que la undécima valkiria de un par de pasos hacia atrás con algo de miedo que forzaba por no mostrar, pero rápidamente la expresión del dios cambió a una risa cómica mientras mordía su paleta. "¡Es broma, nunca golpearía a una valkiria!" dijo mientras seguía riendo, haciendo que Hlokk se sienta algo estúpida.
"De todos modos, estaba yendo hacia las gradas humanas, ¿Ha pasado algo?" Preguntó Buda, pero Hlokk no contestó con la verdad. "No pasa nada, solo andaba distraída por mi hermoso cabello, ahora quita de en medio" contestó rápidamente mientras corría hacia el balcón de honor hecho para las valkirias, Buda se quedó mirando unos cuantos segundos hasta finalmente romper del todo la paleta, escupir el palillo y reanudar su camino a las gradas para presenciar el primer combate.
Mientras los dioses estaban todos extremadamente nerviosos, sobre todo los que sabían de su destino en el caso de volver a perder el Ragnarok, pero confiaban en las capacidades de sus 13 dioses elegidos, desde el balcón griego Zeus tomaba asiento lentamente mientras Hermes se colocaba de pie a su lado y Ares en su respectivo asiento también, pero esta vez habían muchos más dioses viendo lo sucedido desde el balcón, como Hera, la esposa de Zeus, se trata de una vieja con incluso más arrugas que el propio Zeus pero aún así tratando se vestir de manera sensual cuando no lo es. A la derecha estaba una mujer con vestimenta militar, una gran armadura junto a una lanza, se trata de Atenea, la cual miraba con curiosidad la arena en la que se iba a inaugurar el Ragnarok en tan solo unos minutos, de reojo miró a su padre Zeus bastante más serio de lo esperado, estaba así desde que volvió de su reunión para decidir el orden de peleadores, para Atenea eso era una alerta muy clara de que algo realmente grave ocurre.
A su lado estaba un asiento vacío que pertenece a Artemisa la cual por el momento ha decidido no hacer acto de presencia.
En el balcón nórdico se encuentra Thor con mirada seria junto a su esposa Sif y al pequeño Forseti en el otro lado de pie, ningún otro nórdico importante quería presenciar los acontecimientos del Ragnarok.
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"Otra vez" El Segundo Ragnarok
Fiksi PenggemarLa humanidad lo consiguió, salió victoriosa del Ragnarok y con ello se ganaron 1000 años de paz. Aún así no todo es felicidad, Brunilde murió y ahora Goll es la líder de las valkirias. Pero esos 1000 años ya han pasado y los dioses buscan venganza...