29 de diciembre, 1974
Clovelly, Londres"Te dije que dejaras de venir a mi habitación"
Oh.
Jungkook cerró sus ojos por un momento y decidido, los abrió de nuevo tan solo un segundo después. Aunque había un poco de incertidumbre brillando en sus dos zafiros, Jimin también pudo notar un atisbo de convicción en ellos.
Suspiró encantado.
Maldito reportero terco, pensó con las cejas fruncidas, pero los labios apretados en un intento de impedir que una sonrisa rompiera su expresión seria.
Era temprano. Apenas las seis de la mañana. Lo sabía porque no habían pasado más de quince minutos desde que abrió sus ojos y revisó su reloj.
Después de todo, tenía un ensayo al cual asistir.
La banda que tocaría con él seguramente estaría despertando al igual que él. La gente de su equipo también debía estar abriendo los ojos con pereza, listos para afrontar un nuevo día y perfeccionar la presentación que él estaría ofreciendo en tan solo dos días.
Dos días.
Él estaba preparado para alistarse. El plan de su día había estado perfectamente organizado en su cabeza, pero ahora mismo, aquel plan se había ido al mismísimo infierno.
Ya había perdido cinco minutos atendiendo la puerta y perdiéndose en la mirada del hombre que lo había ido a visitar tan temprano en la mañana.
Nada podía hacer que recuperara ese tiempo, así que simplemente todo su día estaba arruinado.
Tan arruinado, que sintió unas tremendas ganas de quedarse encerrado en su habitación, quizá con aquel necio reportero en su cama.
Preferentemente sin ropa y esforzándose en mantener sus labios ocupados en otra cosa que no sea intentar persuadirlo para largarse de ese lugar y esconderse en otro lado por un tiempo, como había estado haciendo desde aquel primer día en el que llegó al hotel y lo acorraló al otro en medio de todas esas bonitas flores.
Todo porque según él 'corría peligro'
Jimin, claro que cuando escuchó esas dos sencillas palabras, había tensado todo su cuerpo y sus ojos se volvieron en una mirada cautelosa.
Podía escuchar las palabras que el otro musitó con inseguridad en su oído todavía.
Y tal como la primera vez, cada vez que las recordaba, se confundía en demasía.
Aunque también sentía un escalofrío inseguro en todo su cuerpo, pero eso no es algo que estuviera dispuesto a decir en voz alta.
Después de de todo, Jungkook era la única persona en mucho tiempo que no le había mentido.
Que jamás lo había engañado.
Así que, ¿qué motivos tenía Jimin para dudar de él?
Ninguno.
Y la seguridad, el miedo con el que el otro intentaba advertirle de aquel supuesto peligro, lo había dejado pensando más tiempo del debido. Le había hecho sentir realmente en peligro.
"Huye conmigo" había dicho Jungkook con un tono de voz angustiado.
Su primera reacción había consistido únicamente en abrir sus labios con sorpresa y alzar sus cejas. Sus ojos se tornaron en una mirada genuinamente sorprendida.
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La ley del todo o nada [kookmin] (en edición)
Fanfiction"¿Y si no es en esta?" "Entonces prometo buscarte en todas mis vidas, hasta que lo logremos, ángel" Dónde Jimin y Jungkook prometieron alguna vez amarse en vida, e incluso más allá de la muerte.