01. Bonjour, je me présente

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13 de octubre, 1879
Castelnou, Francia

Eran las seis de la mañana menos quince cuando se escuchó el llanto ensordecedor de un pequeño bastardo que fue condenado a la muerte desde que su madre sabía que estaba en camino.

No se le fue tratado con el amor que una criatura recién llegada al mundo merecía y necesitaba.

Fue tratado como basura.

Envuelto entre trapos sucios y harapos rotos, fue entregado a los brazos de su madre únicamente como una sencilla prueba de humanidad en la que madre e hijo se habrían conocido por primera y única vez. La mujer agradeció y suplicó clemencia entre lágrimas hacia el pequeño varón.

La partera se retiró del cuarto destartalado cuando el hombre golpeó la mejilla de la enferma dama y le arrebató al recién llegado con rudeza y sin ningún tipo de tacto.

El bebé lloró con más fuerza ante el brusco movimiento y recibió un impacto en su mejilla que más que apaciguarlo, avivó el ruido de sus llantos.

La madre suplicaba piedad para el niño inerte desde la cama, incapaz de mover, aunque sea uno de sus débiles músculos después de traer al mundo a su querido hijo en las condiciones de salud más deplorables.

El hombre, bien vestido y portando con orgullo los escudos que contenían la forma de una caléndula blanca, la miró con desdén. Aquellos ojos que en algún momento la miraron con deseo y lujuria ahora solo eran dos pozos de desprecio. Las manos que antes la tocaron desesperado en una carrera que buscaba obtener placer, ahora solo la lastimaban.

A ella y al producto de aquella lascivia que lo había llevado a poseerla noche tras noche.

El niño fue abandonado en las profundidades del bosque horas después.

Al amanecer, el cuerpo de la mujer había sido enterrado en el cementerio local. Nadie asistió a su funeral, nadie le lloró, nadie la recordó.

Pero solo unas cuantas personas lamentaron su partida desde las sombras, juraron vengar su muerte, arruinar al culpable de la misma y ofrecerle una oportunidad al pobre retoño que nada había tenido que ver en la desgracia que lo llevó a tener tan cruel destino. Aquellas personas sospecharon y buscaron a la desafortunada mujer y a la pequeña criatura que había luchado por dar a luz y proteger hasta su último aliento.

Nunca se supo el nombre que la madre quería brindar al pequeño por su propia lengua, pero sí por lengua de alguien más a quien la mujer había contado el secreto del origen del niño.

'Aquel que posee la sabiduría y llegará más alto que el cielo' era su significado.

Hasta la fecha se cuenta por las calles que el recién nacido no pudo sobrevivir ni siquiera la noche. Expuesto a bajas temperaturas, en la intemperie, sin ningún tipo de protección ni alimento.

Su cuerpo nunca fue encontrado.

Algunos dicen que fue devorado por un animal silvestre.

Otros que la nieve que caía aquella noche a causa de la tormenta más fuerte que alguna vez había azotado el pueblo lo enterró a tal punto que el diminuto cuerpo se perdió.

Y solo unos pocos creían fervientemente que el niño logró ser rescatado a tiempo por un alma bondadosa que lo crió y cuidó hasta que se convirtió en un hombre vivaz y valiente que pudo valerse por sí mismo, que vivió y amó, disfrutó de su vida y murió al llegar a la vejez.

Y solo unos pocos creían fervientemente que el niño logró ser rescatado a tiempo por un alma bondadosa que lo crió y cuidó hasta que se convirtió en un hombre vivaz y valiente que pudo valerse por sí mismo, que vivió y amó, disfrutó de su vida y m...

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La ley del todo o nada [kookmin] (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora