04. Âme perdue

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Actualidad
11 de diciembre, 2022
Ansan, Corea del Sur

No, no, no.

Aquello simplemente no podía estar pasando.

Jungkook se quedó mirando aquel libro como si de su peor pesadilla se tratara. Las palabras escritas alguna vez hace muchos años por alguna persona desconocida se grabaron a fuego vivo en su memoria como un tatuaje destinado a nunca sanar, cicatrizar y siempre sangrar.

Dolía. Demasiado.

Más de lo que él pensó que dolería una vez que él estuviera de regreso en su mundo.

'Park Jimin.
Nacido el 13 de octubre de 1879.
Asesinado el 14 de febrero de 1900'

Había leído aquellas palabras tantas veces que perdió la cuenta y las letras comenzaron a desfigurarse ante sus ojos.

Jungkook no pudo evitar derramar lágrimas al darse cuenta de que lo que había previsto que sucedería era verdad. Él siempre había estado en lo correcto.

En tan solo unas horas Park Jimin iba a ser asesinado.

Las palabras de Clarice ahora cobraban sentido. El que ella se hubiera proclamado como la regente representante del Condado Caléndula sin tomar en cuenta a su esposo solo había sido un aviso de lo que iba a pasarle al hombre con el que se había casado.

Ella había planeado el destino al cual Jimin iba a enfrentarse al día siguiente sin ser consciente del riesgo que lo ahorcaba.

Clarice lo sabía y aquel encuentro en el mercado se lo había confirmado. Jungkook no sabía si ella se había acercado a él para advertirle o burlarse de él. Jungkook no sabía si ella solo quería reírse en su cara o esa había sido su manera de pedir silenciosamente que lo rescatara.

No sabía si acaso de alguna manera Clarice quería que él evitara la muerte de Jimin o si sus palabras solo fueron un cruel recordatorio de que en esa vida nunca iba a tener al hombre como él lo deseaba.

Ni siquiera sabía si acaso Clarice guardaba algún tipo de buen sentimiento en su corazón que aún le hiciera tener cierto sentido de moral como para alejar tan cruel destino de su esposo y dejarlo en manos de su hermano.

No tenía ni idea, pero lo innegable era que Jimin iba a morir.

Clarice y sus padres iban a quitarle la vida. Por cuenta propia o a través de las manos de alguien más, pero era seguro que sucedería.

¿Acaso era su culpa?

Si tan solo Jungkook se hubiera negado a expresar los sentimientos que fuertemente crecían en su interior respecto a Jimin. Si tan solo él se hubiera contenido todo ese tiempo en vez de dar rienda suelta a sus egoístas deseos.

Seguramente habría sido una cruel decisión negar una relación ajena que llevaba años sucediendo y creciendo, pero al menos se habría asegurado de que Jimin seguiría respirando y no tendría que verse sometido a que le quitaran la vida, a qué sus bonitos ojos violetas no se abrieran nunca más y su corazón dejara de latir abruptamente sin aviso previo.

Tal vez Jimin, resentido, lastimado y con el corazón roto, se hubiera olvidado de él y de la relación que tenía con el Jeon Jungkook de ese tiempo. Tal vez hubiera aceptado sin oposición contraer matrimonio con su hermana y no se hubiera enfrentado a sus padres. Tal vez Clarice nunca se habría enterado del amorío en el que estuvieron involucrados su hermano menor y Jimin hasta el último segundo.

La ley del todo o nada [kookmin] (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora