14. Je t'ai trouvé et je t'ai perdu

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Actualidad
12 de diciembre, 2022
Ansan, Corea del Sur

Cuando abrió los ojos, lo único que pudo ver fue el cielo violeta que indicaba el amanecer justo por encima de él.

Jungkook parpadeó aturdido. Se quedó recostado algunos minutos que para él se sintieron como una eternidad y cuando finalmente recuperó un poco más de su consciencia, se incorporó hasta que quedó en una posición sentada.

Su cuerpo dolía. Como si hubiera caído por las escaleras y rodado hasta llegar a ese punto dónde ahora se encontraba.

Frotó con cuidado su cabeza, sintiendo que las punzadas molestas se calmaban un poco ante el leve masaje. Frunció sus cejas y entrecerró sus ojos cuando miró a su alrededor.

Él no estaba en el hotel.

No había nada de aquella habitación en la que él recordaba haber estado charlando con Kalet antes de que alguien llamara su puerta y al atender Jungkook se encontrara con Park Jimin.

Ni siquiera se encontraba propiamente en alguna habitación.

Todo lo que lo rodeaba era un montón de hierba verde y flores violetas. El característico olor de lavanda se coló por sus fosas nasales y como si con aquella inspiración hubieran entrado a su sistema no solo ese montón de olores, sino otro poco de recuerdos, Jungkook sintió la nostalgia que su corazón pretendía guardar desbordarse hasta que no pudo hacer nada más para hacer que pasara desapercibida.

Parpadeó despacio, decidiendo que lo que sea que quisiera alcanzarlo y recordarle que había fallado miserablemente por segunda vez, lo recibiría más adelante y no cuando se sintiera tan al borde de un acantilado.

Giró su cabeza, intentando encontrar algo más que no fuera la vegetación que lo rodeaba, pero no había absolutamente nada. Si miraba más allá, lo único que podía ver eran árboles y lo que parecían ser cultivos. Incluso le pareció ver algún rebaño de ganado pasando un poco más de los arbustos violetas que se encontraban a varios metros de distancia.

Se encontraba en algún campo y no tenía ni la más mínima idea de como es que había llegado a ese lugar.

Se levantó con cuidado al sentir su cuerpo tembloroso y algo entumecido.

Si alguien le decía que había sido arrollado por un camión hace algunas horas, él no lo dudaría ni por un segundo puesto que se sentía como si realmente hubiera sido atropellado por uno.

Estaba confundido.

No quería mirar atrás en sus recuerdos porque sabía que es lo que encontraría y que esperaba por él. Hasta el momento, estaba haciendo un excelente trabajo ignorando esa punzada en su pecho, pero con cada segundo que pasaba, hacerse el tonto se volvía una tarea cada vez más difícil. Sobre todo porque no importaba a donde volteara.

El cielo era violeta, las flores a su alrededor también lo eran. Todo el mundo que lo rodeaba era violeta.

El violeta era también lo último que había visto antes de perder el conocimiento y despertar en ese lugar desconocido. Aquellos ojos violetas eran lo único que regresaba a su mente cada vez que pensaba en la palabra o miraba algo de ese color.

Estaba persiguiéndolo.

Jungkook se obligó a controlar el ritmo de su respiración y dio un paso hacia adelante. Y luego otro, y otro.

La ley del todo o nada [kookmin] (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora