5.- Bienvenidas

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Narra Maritza

⌚9:41 a.m. 2/Oct/2017

Estoy demasiado emocionada. Ya extrañaba mucho a mi mamá y a Hilda. La verdad es que debo aprender a vivir sin ella pero como todo: aprender cuesta.

Pablo iba conduciendo con mi vieja a su lado y yo iba con Hilda atrás. Todos en una misma plática. Pablo estaba nervioso y lo entiendo. Debe portarse bien para que sepa que estoy en buenas manos. Lo agradezco mucho.

-Contáme, Pablo. ¿Qué hacen todos los días en casa?

-Bueno, a veces con Maritza salimos porque los chicos están en su burbuja de amor y estamos ambos muy aburridos.

-Si, mami. La verdad nunca había visto a Manu así de enamorado.

-Manu es un buen pibe. -dijo Pablo- Mia me decía que Manu la tuvo que convencer mucho porque quiere mucho a Maritza y Mia pensaba que la amaba más.

-Ey, Manu si me ama más, eh- reímos.

-Estoy segura que en esa casa cuidan bien a Marisita- dijo Hilda acariciándome el cabello.

-Si, Hilda, mucho.

-Hoy vinieron unos amigos, espero no se molesten- dijo Pablo cuando faltaban dos cuadras para llegar a el portón.

-Oh, claro, no nos importa. ¿Cierto, Hildita?

-Por supuesto que no.

-Todo esta bien con tal de que mi ciela esté bien- dijo mi mamá

-Gracias, mami, pero igual hoy quiero estar con vos.

-No, mamita, vos hacé amigos.

-Bueno, esta bien.

Llegamos y Pablo bajo para abrir las puertas. Bajamos y Pablo sacó las maletas. Entramos a la casa y se oían ruidos en la cocina.

-Iré a ver porque tanto ruido- me dijo Pablo.

-¿Y los chicos?- preguntó mi mamá. Yo alcé los hombros.

Pablo salió con algo blanco en el pelo.

-¿Que te paso, rubio?- pregunté riendo.

-Están haciendo pizza para un video todos juntos.

-Ah.

-¿Les enseñamos al habitación de invitados?- me preguntó y asentí.

Se lo mostramos a las dos y bajamos.

-Gracias de vuelta, Pablo- lo abracé otra vez. Sé que él no compró nada pero el gesto de haberme llevado fue lindo.

-No tenes porqué agradecer, pelirroja. Yo solo las traje.

-Que importa. Igual voy a agradecerle a Manu.

-¿Vamos?- asentí. Entramos a la cocina y fui directamente a abrazar a Manu.

-¡Rubio teñido de mierda, como te amo!- lo abracé con todas mis fuerzas.

-Yo igual, chaparra- nos separamos y beso mi frente.

-Separándose los dos, che- dijo Mia obviamente bromeando.

-Cállate tu también, rubia- la abracé también a ella- Tenes al mejor novio y él a la mejor novia.

-Che, mexicana- me llamó Guido y me voltee sin ganas- La cámara sigue grabando.

-¡Hola!- saludé a la cámara.

-¿Llegamos al final?- preguntó Pablo- Veo que las pizzas ya están en el horno.

El deseo de amar para siempre. PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora