17.- Mis sinceras disculpas..

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Narra Maritza

⌚️9:24 a.m. 07/Dic/2018🗓

Pasó un mes. Hemos ido a cantar al boliche dos veces por semana y estamos re enamorados de todo. Con Nadia las cosas ya van mejor. Pablo habla con ella en las noches antes de que ella duerma y entre todos nos sentimos mejor que nunca. Yo de vez en cuando hablo con mamá. Empezó sus shows y ahora ya casi no hablamos. La extraño mucho.

Hoy, Luna salió con Nico y los chicos fueron a celebrar su aniversario a no se donde. No quisieron decirnos y mejor no saberlo.

-Hola.- dijo Pablo sentándose a mi lado en el puff de la sala.

-Hola.- respondí y besé su mejilla.

-¿Qué haces?

-Buscando que peli ver. ¿Por?

-No, nada. Tenía pensado hacer algo con vos.

-¿Se puede saber qué?

-No. Te importa más la televisión que yo, así que quédate.- dijo molestandome.

-No seas bruto.- golpeé su hombro. -Decime, dale.

-No. No te lo voy a decir. Pero es en la noche, así que ahora no hay problema.

-Esta bien.

-Hoy toca ir al chequeo de Maya, otra vez. Ah, y las vacunas.

-Ya perdí la cuenta de cuantas veces desde el último mes hemos pisado la veterinaria.- suspiré.

-Maya ya esta bien. La doctora dijo que solo es vacunarlos y ver las últimas cosas.

-Lo sé. Espero ya no tenga nada.

-Ya no tiene nada. Su popo sale normal y se ve más activa.

-Son un amor los perros.

-¿Cómo yo?

-Si, así como vos.- le di un beso.

Me iba a separar pero le me sostuvo la quijada para seguirme el beso, lo cual me dejó sorprendida. Mordió, chupó y lamió mi labio inferior y yo gemí. Nos di vuelta haciendo que su espalda toqué el puff y yo quedé a horcajadas sobre él. Llevé mis labios a su cuello, mordiendo y besando. Tiró su cabeza hacia atrás y sentí sus pelos de punta. Volví a su boca y su lengua se deslizó con la mía. Ese sabor tan dulce y picante a la vez, como me encanta. Sentí un bulto debajo de mi y sonreí con picardía.

-Me encantan tu besos.- confesé cuando nos separamos.

-No parece. Necesitaré otra demostración.-dijo y me cargó llevandome a su cuarto, tirandome a la cama.

-Vamos, besame de vuelta.- dije y me volvió a besar.

Ahora a él le tocaba estar sobre mi. Sus manos acariciaron mis brazos haciendo que muchos nervios se apoderacen de mi.

-¡Hola!- escuchamos una voz, que para mi, ya era algo conocida, afuera.-¡¿Está Pablo?!

-Parece que nuestra sesión de besos queda hasta aquí, por hoy.- dije jadeando y él se paró, frustrado.

-No se quedará así hoy.- dijo parándose y sonreí.

-Antes de salir, tenes que solucionar tu problema.- dije viendo su entrepierna con algo de vergüenza.

-Yo... lo siento. Fue tu culpa.- se excusó jugando y reí mientras rodaba los ojos.

-Ve, anda a ver quien es y que quiere.

-¿Podes ir vos? Recordé que tengo que limpiar lo que tire en la mañana por accidente.

-Claro.- dije y se fue al closet.

El deseo de amar para siempre. PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora