23.- Charla.

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Narra Marizza

–¿Qué pasa? Me da miedo sus caras.– dijo seria y entró.

–Sientate.– la llevé a la silla de mi tocador y Pablo y yo nos sentamos en la cama.

–No sabíamos que vendrías.

–Me llamó Mia.

–Entre nosotros dos– dijo refiriéndose a él y a mi– no hemos hablado de esto, pero ya tomé una decisión.

–Pablo, porfavor, déjame opinar con vos...

–No. Opinaras lo que quieras pero no me harás cambiar de opinión.

–Bueno, cuenten que pasó.– dijo Nadia desesperada.

–Nadia, la noche de navidad un ex amigo enfermo nos encontró en la playa. Con él tuve una historia muy dura y no sé como encontró mi número de teléfono, pero me mandó mensajes cuando nos íbamos a dormir. Al día siguiente cuando los chicos salieron, fui a verlo. Bueno, discutimos y te un momento a otro me tiró al piso y me tiró pasto en la cara como si fuese un animal. Me dijo que si no me alejaba de Pablo, haría lo posible para que ustedes dos se alejen. Con eso me amenaza. Igual me amenazó diciendo que si les digo algo, lo hará.– Pablo y yo la miramos esperando una respuesta.

–¿Estas diciendo que ahora por tu culpa dejare de ver a mi hermano?– se paró a la defensiva.

–Nadia, no es así. No Dejaremos que eso ocurra.

–¡Claro que si es así!– se paró de la silla– Nena, ¡regresá de donde saliste y no compliques más mi vida!

–Nadia, no hables así. ¿No te das cuenta de lo que está haciendo por nosotros?

–Es una pendejita igual que vos. Jodanse.– se dio la vuelta para salir del cuarto y Pablo se Pablo.

–¡Nadia, vení para acá!— gritó molestó.

–Dejala, Pablo.

–Dejala nada. No te puede hablar así.

–Pablo, es tu herma...

–¡Con más razón!– salió del cuarto y yo salí detrás de él.– ¡Nadia!

–¡Aléjate! ¡¿Qué no tr das cuenta que va a cagar nuestras vidas para siempre?!

–¡Callate!

–No me callo. Es una...
Que te calles!– Pablo la tomó del brazo.

–¡Pablo!– gritamos Mia, Manuel y yo. Ella bajó la cabeza como si le fuese a pegar y Pablo la miro asustado.

–Pero que mierda...– la miro por varios segundos y la abrazó.

–¡No me toques!– lo empujó– Vos no me quieres. Prefieres a cualquier puta que se te atraviese. Preferís la vida loca antes que a mi.

–Nadia, no sabes lo que decís.– dije y ella me fusiló con la mirada.

–-A vos no te quiero ver. Creí que eras diferente.

–¿Porqué no los escuchas?– preguntó Manuel, tratando de calmarla.

–Solo entendí que me alejaran de mi hermano para siempre y les importa una mierda.

–Estas muy confundida.– dijo Mia– No sabes como son ellos.

–TODOS son unos egoístas.– dijo entre lágrimas.

–¡¿Podes escuchar?! ¡Maldita sea, Nadia, lo que quiero es que vivas conmigo!– gritó Pablo desesperado y todos nos quedamos en silencio.

–¿Ustedes no... no quieren dejarme?

El deseo de amar para siempre. PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora