20.- ¡¿Quién eres?!

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Narra Pablo

Nadia, Marizza y Mia estaban en su cuarto peinandose mientras que Manuel y yo preparábamos todo. "Nosotras damos la linda imagen y ustedes la mesa" dijo Mia.

–Hermano, ¿porqué estaban serios cuando llegaron?– me preguntó Manuel cuando nos sentamos en el sofá a esperar a nuestros amigos y a las chicas.

–Fuimos a la playa rápido y ahí estaba Joaquín. Comenzó a decir pavadas.

–¿Joaquín Arias? ¿El primer beso de Marizza?– preguntó furioso y asentí. –Dios, es un enfermo. ¿Y qué pasó? ¿Que tipo de pavadas dijo?

Le conté todo y se enfureció más. Solo le pedí que si hablaría con Marizza que lo haga después de mañana. Habían llegado Rocco, Vico y Guido y por fin bajaron las chicas.

–¡Rocco, Vico!- Nadia corrió a abrazarlos.

–¿Qué hace la rata acá?– preguntó Rocco. Así se llevan ellos.

–Rata tu cabello, Roquito.– respondió ella– Le dije a papá que iría a casa de una amiga pero claramente no estoy ahí.

Llegaron los demás y nos sentamos a comer. Comimos muy rico, entre todos hicimos un buen trabajo. Tomás y Pilar tambien, ellos trajeron past3l de carne y pollo frito. Vico y Rocco habían traído un juego de mesa así que lo jugamos un rato y después tocó el postre. A Marizza desde hace rato no la he notado bien. Es obvio porque, pero me preocupa.

–Mar, ¿vamos por el postre?– ella asintió.

–Si, dale, traiganlo, está muy rico. Ya no aguanto el estómago pero para ese postre haría lo que sea.– dijo Mia reímos.

–Esa es mi Mia.‐ dijo Marizza y nos paramos para ir a la cocina. Entró ella y después yo. Fue directo.

–Saca los vasos y yo...– se dio vuelta para abrir el freezer pero yo la detuve. Ella miró su brazo con mi mano y la jale hacia mi.

–¿Seguís mal?

–Bueno, no estoy bien.– río peor yo seguí serio.

–Pregunte que si estas mal.– ella miró hacia abajo y la abracé de la cintura.

–Es que es raro, ¿sabes? Haberlo encontrado justo hoy. Pero es navidad, no puedo bajonearme tanto.

–Llevemos esto y después de comerlo vamos a hablarlo arriba, ¿si?

–Pablo, pero no podemos dejarlos ahí.

–Serán solo 10 minutos, está bien.– ella asintió, besé su mejilla y salimos con las cosas.

–Mmm, huele increíble.– dijo Pilar.

–A la rubia le toca servirlo y al argentino barato repartirlo.‐ dijo Marizza dándole la ensalada a Mia.

Terminamos el postre y nos quedamos platicando. Nadia nos estaba contando sobre los chicos que se le han declarado y lo hace para molestarme, eso lo sé y solo me da risa. Pero más por el hecho de que me quiera molestar, no porque no me importe que mi hermana de 13 años tenga novio.

–Hay un chico que se llama Said, ¡es un bombonazo!– exclamó.

–Mira, a Pablito ya le sale humo por los oídos.– dijo Tomás.

–A su edad, en primer grado todos teníamos novios de manita sudada.

–Yo no voy en primer grado.

–¿Ah, no? Yo pensaba que si, ya sabes, por tu estatura.

El deseo de amar para siempre. PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora