Midoriya trotaba hacia la playa en donde All Might y él solían entrenar.
Desde la noche en la que el adulto le había pedido ser su sucesor, su vida había dado un giro de ciento ochenta grados.
Que su héroe de la infancia le entrenase era algo que nunca había podido llegar a imaginar. Parecía demasiado fantasioso y fuera del alcance de alguien sin particularidad como él.
¿Pero All Might? ¿Entrenándolo para ser héroe? ¡Era un sueño hecho realidad! No podía pedir nada más.
Midoriya se preguntó cuándo podría pasar a la Fase dos del plan de All Might. Había estado entrenando diligentemente durante los últimos días. Puede que incluso demasiado, ganándose un merecido regaño por parte de su ídolo.
Mientras corría entre las calles vacías, se dio cuenta de lo calmado que estaba todo. No había gente a esa hora, solo él. Apreció el paisaje, el canto de los pájaros, el rocío de la mañana que goteaba en las vides. No habría sido capaz de ver eso en cualquier otro momento.
Lamentablemente para Midoriya, su paz interior estaba a punto de romperse.
—¡Hey, Midoriya!
Reconoció aquella voz.
—¿¡Satoru!?—detuvo su andar— ¿Qué estás haciendo aquí?
—También me alegro de verte. ¡Qué gracioso encontrarnos a esta hora!
Satoru vestía un chándal negro que contrastaba con el color de su cabello. También portaba sus gafas de sol aun cuando esto no había salido todavía.
—¡Sí, sí! ¡En fin, cuídate! —Midoriya dio media vuelta y continuó corriendo. Para su sorpresa, Gojo comenzó a seguirlo—. Uhm... Satoru. ¿No vas hacia el otro lado?
—Sí hasta que me encontré contigo— respondió con un toque de picardía —. ¿No puedo correr a tu lado?—hizo un par de pucheros.
—Oh, eh... ¡Es que tengo que encontrarme con alguien! Es una reunión privada, así que no puedes...— se volvió hacia Satoru solo para encontrarse con sus ojos de cachorro una vez más—. No puedes...
La mirada se intensificó .
—No puedes...— Midoriya fue incapaz de negarse ante Gojo.
—¿No puedo?— preguntó Satoru.
El peliverde dio un suspiro de absoluta derrota.
***
—Eso es básicamente lo que pasó— explicó Midoriya.
—Ya veo. Fue la presión social— concluyó Toshinori mirando a Gojo, el cual se encontraba observando la playa desde lo alto de una triste nevera abandonada.
—¡Guau, la vista desde aquí arriba es una completa basura! ¿Lo pilláis? Porque es lo único que se ve...— procedió a explicar su juego de palabras, ganándose un gemido por parte de Midoriya. All Might no entendía cómo es que el chico estaba tan emocionado.
—Supongo que esto es lo que tus compañeros sacan de ti.
Gojo bajó de la nevera y caminó hacia ellos.
—De todos modos, ¿puedo entrenar aquí con vosotros dos a partir de ahora?—pidió—. Me siento muy solo por mi cuenta. No tocaré la basura si es eso lo que necesitáis.
—¿Un nuevo compañero de entrenamiento para Midoriya?
No era mala idea. Midoriya podría tener un mejor desempeño si le acompañaba un amigo con el que trabajar. No tendría que preocuparse por tener que mantener su identidad en secreto, ya que el chico lo sabía y aún no lo había expuesto. All Might podía confiar en él.
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El día a día de Gojo en un mundo extraño.
Fanfic"EN EDICIÓN" "La muerte es cálida" se dio cuenta Satoru. Era como estar en los brazos de una madre. O como beber chocolate caliente en una noche de invierno o dormir con las sábanas sobre la cabeza cuando había tormenta. Algo excepcionalmente encant...