El día a día de Gojo en un mundo extraño.

Detente y piensa, Toshinori

En la sala de monitores...

—Solo han pasado dos minutos y ya ha destruido veinticuatro robots. ¿Estás seguro de que no es un error del sistema?

—No, el sistema de puntos es bastante preciso. Esto es real—dijo el director Nezu.

Varios maestros en la sala se encontraban discutiendo sobre Gojo. Al principio, su atención había estado puesta en todas las áreas de pruebas, pero dirigieron toda su atención al chico tan pronto como alguien señaló aquella anomalía.

—Pon las imágenes en una pantalla más grande. Estamos todos viendo lo mismo.

—Está bien, está bien.

Con un clic, la pantalla grande mostró las imágenes de la cámara. En ella, Gojo erradicaba sin piedad a los robots. Se lanzó hacia uno, dio una vuelta en el aire y lo pateó en la cabeza, dejando una profunda abolladura. Sin perder el tiempo, alzó las manos con las palmas abiertas hacia su izquierda, donde se encontraban unos robots de dos puntos.

—¿Que...

Como si fuerzas externas hubieran interferido, el robot se retorció como un trapo y explotó, sorprendiendo a varios maestros en la sala.

—Espera, si esa es su particularidad entonces, ¿Cómo es que posee esa fuerza física tan anormal?

—Echaremos un vistazo a su carpeta más tarde, sigue mirando.

—Hay algo extraño en ese chico, lo llevo diciendo desde el principio —dijo Nezu.

—¿Qué tiene de extraño?— preguntó All Might. Todos los presentes en la habitación se volvieron hacia Nezu, queriendo escuchar sus observaciones también.

—Es como si supiera dónde está el próximo robot. Mira, justo ahí— Nezu señaló la pantalla. Gojo se encontraba mirando una pared pero parecía estar enfocado en otra cosa—. Es un patrón extraño. Por lo general, alguien miraría hacia áreas abiertas para encontrar enemigos, pero él está mirando al muro. O encuentra nuestras paredes muy inmaculadas o el chico está viendo otra cosa.

—¿Será algún tipo de particularidad que permite ver a través de los objetos?— preguntó Snipe.

—No, si fuese así estaría mirando en todas direcciones, sin embargo está quieto— el director descartó fácilmente la teoría de Snipe—. Hay algo extraño en esos ojos.

—Yo también lo creo— All Might estuvo de acuerdo con el director. Los ojos de Gojo habían sido uno de los principales misterios sin resolver en su vida. Por mucho que le preguntase, el chico siempre le respondía con una respuesta más ridícula que la anterior.

'¡No hay nada especial en mis ojos! ¡Lo que pasa es que uso unas lentillas geniales! Las compré baratas en Dollar Tree, deberías haber visto el pre-'

Toshinori apartó el recuerdo. Casi era capaz de escuchar el tono de suficiencia con el que Gojo le hablaba siempre.

Durante los últimos diez meses, el niño le había dejado una gran impresión, tanto mala como, lamentablemente, buena. A veces, Toshinori era casi capaz de sentir cómo le reventaban los vasos sanguíneos debido a la terquedad de Gojo. Que si llegaba tarde al entrenamiento, que si bromeaba todo el tiempo... parecía que nunca se tomaba las cosas demasiado en serio. Toshinori se consideraba un hombre tranquilo, pero de alguna manera, Gojo lo había molestado en gran medida. Le hablaba como si fuese un amigo suyo, peor aún, un colega. ¡El profesor era él! ¡Debía mostrar algo de respeto, maldita sea!

A pesar de la obstinación del niño y la falta de respeto hacia su persona, Toshinori todavía lo tenía en alta estima. Aunque su orgullo nunca le permitiría admitirlo.