-Una semana más tarde-
—¿Midoriya?
El chico no le hizo caso.
—¡Midoriya! ¡Mi-do-ri-yaa!
Gojo agitó su mano frente a la cara de Izuku.
—¡Buenos días, buenas tardes y buenas noches! ¿Hay alguien ahí?
Aquello pareció sacar a Midoriya de su ensoñación.
—Izuku ¿Estás bien? No has dejado de mirar el pescado— preguntó la señora Inko con preocupación.
—¡Ah-lo siento! Estoy bien...
Gojo masticó su propia comida. Había terminado abusando profesionalmente de los almuerzos en casa de Midoriya. Se había quedado sin dinero debido a diferentes deudas y había tenido que ir a comprar algunos chándales nuevos, aperitivos y varias bolsas de dulces. Los dulces podían ser vistos como una mala decisión financiera por parte de otros, pero él prefería verlo como una "inversión para estimular su cerebro".
En cuanto al examen de la semana pasada, Gojo podía decir humildemente que lo había hecho bastante bien. La parte escrita la terminó en un abrir y cerrar de ojos. La mayoría de preguntas no habían sido difíciles, aunque viendo la mirada de preocupación en el rostro de otros estudiantes, dedujo que la prueba sí era complicada para ellos.
Si sus cálculos eran correctos, habría conseguido unos sesenta puntos en la prueba práctica. Antes de empezar el examen escrito, había usado el teléfono de Midoriya para mirar los diez primeros puestos del año anterior. El décimo lugar tenía cincuenta y cinco puntos, por lo que seguramente entrase en la U.A.
Pero en cuanto a Midoriya... cualquiera podría echar un vistazo y decir que debía haber perdido la cabeza.
La mente del chico había estado en las nubes durante toda la semana. A veces se quedaba mirando fijamente a la nada o se mantenía estático mientras hacía algo. Gojo trataba que llamar su atención llamándolo repetidamente por su nombre o tocándole el hombro, actividades que acabaron resultándole extremadamente molestas.
—La carta debería llegar entre hoy y mañana, ¿no?— dijo Inko, tratando de animar el ambiente. Se encontraba lavando los platos junto con Satoru, el cual se había hecho con los honores de secarlos.
—Mhm...—respondió Midoriya, aún con la mirada perdida.
—Bueno—Gojo dejó el plato recién limpiado—. Los profesores tardan una semana en calificar la prueba escrita y la práctica. Ojalá fueran más rápidos, esperar los resultados me pone de los nervios.
—Nah, no creo que tengas nada de qué preocuparte, Satoru.
Sonó el timbre.
—Iré yo a mirar— Inko se secó las manos y se apresuró en ir a la puerta.
Se quedaron los dos solos con la única compañía del agua chapoteando.
—Bueno, por fin te dignas a decirme más de tres palabras. ¿Cómo te sientes?—miró por encima del hombro a Midoriya, el cual observaba fijamente unas manzanas—. ¿Quieres hablar sobre lo que pasó en tu prueba? No voy a obligarte, claro está— Gojo abrió el grifo y se enjuagó las manos. Después agarró una silla y se sentó en el lado opuesto a su amigo—. Soy todo oídos.
Midoriya dio un suspiro.
—Bueno... No conseguí ni un solo punto— Le lanzó una manzana a Gojo—. Lo hice lo mejor que pude, pero en cuanto vi a los robots el miedo se apoderó de mí. Al final, logré destruir al cuarto villano, pero mis brazos y piernas quedaron destrozados— bajó la cabeza.
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El día a día de Gojo en un mundo extraño.
Fanfic"EN EDICIÓN" "La muerte es cálida" se dio cuenta Satoru. Era como estar en los brazos de una madre. O como beber chocolate caliente en una noche de invierno o dormir con las sábanas sobre la cabeza cuando había tormenta. Algo excepcionalmente encant...