Capítulo 4. Encuentro

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Arthit movió los ojos despertándose lentamente. Todavía con los ojos cerrados, pensaba en como la noche anterior se había quedado dormido mirando el avioncito.

El avión.

¡El avión!

SU AVIÓN.

Se levantó con rapidez y empezó a buscar frenéticamente por la cama el avión. Debajo de la sábana, debajo de la almohada... Suspiró frustrado cuando no lo halló por ningún lado. Era lo que le faltaba, perder su única posesión más preciada.

Miró por los alrededores de la cama y allí lo encontró. En el suelo, con la cabina abierta y la nota arrugada al lado. Con rapidez lo recogió y, sentándose como un indio en el centro de la cama, miró el papel con tristeza.

Volvió a imaginarse a su tierno amigo corriendo hacia su escritorio con sus piernecillas delgaduchas, sentándose en su escritorio, arrancando un trozo de papel de su libreta favorita, buscando un lápiz para escribir, sacando la punta de la lengua para ponerla encima de su labio superior, y con esmero escribiendo ese pequeño texto con su mejor buena letra.

Desdobló el papel pasando el dedo pulgar encima de las letras infantiles y sonrió al leer esa caligrafía que tenía grabada a fuego en la mente.

Desdobló el papel pasando el dedo pulgar encima de las letras infantiles y sonrió al leer esa caligrafía que tenía grabada a fuego en la mente

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No pudo evitar que una lágrima se deslizara por su mejilla.

- Creo que mae tiene razón – murmuró. – Ya es hora de dejarte ir... No puedo vivir bajo tu sombra permanentemente.

Apretó el papel contra su pecho y se dejó caer en la cama. Se acurrucó de lado y apretó todavía con más fuerza el avión contra su pecho. Cerró los ojos y suspiró.

Notó el teléfono vibrar, pero no tenía ganar de hablar con nadie. Tampoco tenía ganas de ir a clase, no quería enfrentarse a sus amigos, así que se quedó tal como estaba, escuchando de fondo su teléfono vibrar.

Intuía que serían sus amigos, preocupados por no tener noticias suyas, pero no quería decirles nada. Así que cogiendo el pequeño papel, lo guardó en el avión y lo apretó de nuevo fuertemente contra su pecho.

🦁🐢🦁🐢🦁🐢

Medio dormido, abrió los ojos sobresaltado por culpa de unos golpes en la puerta. Se acurrucó en la cama de nuevo pensando que era producto de un sueño pasajero, pero no pudo volver a dormirse.

Arthit luchaba por volver a dormir, pero la conversación con su madre, le había afectado más de la cuenta. Se removió quedándose debajo de las sábanas y cuando el sueño estuvo a punto de vencerle, escuchó de nuevo golpes en la puerta.

Se sentó en la cama y, frotándose los ojos, agudizó el oído. Se dejó caer cuando no escuchó nada.

- ¡Arthit abre! Sé que estás ahí... - Su amigo volvió a golpear la puerta molesto.

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