Capítulo 6. ¿Tú?

116 20 2
                                    


- Kong... - El moreno se quedó estático con los ojos y la boca abiertos mirando fijamente el rostro de Arthit para después fijarlo en el juguete levemente desgastado.

- Oon... - Logró murmurar por fin después de unos segundos.

- ¡Kong! ¡Kong! ¡KOOOOONG! – El castaño se echó a los brazos de su amigo recién encontrado y no pudo reprimir su alegría dejándole un fuerte abrazo.

Kong lo rompió sin decir nada y miró fijamente a Arthit, que cuando le vio separarse, frunció el ceño. El castaño quiso abrazarle de nuevo, pero Kong no se lo permitió ya que se apartó levemente.

No pasó desapercibido el gesto y poco a poco fue recordando que le había dejado durante tres años. Tres años sin saber de él, dejándole solo, porque le ocultó sus planes y sobre todo por llevarse consigo sus sentimientos.

- Pero, pero exactamente... ¿qué... qué... qué demonios estás haciendo tú aquí? – Empezó a preguntar zarandeándole por los hombros. - Tú tienes que estar en Inglaterra, pasándotelo muy bien con tus nuevos amigos. Tú, tú tienes que estar estudiando mucho en esa escuela elitista donde no se me admite porque no soy tan bueno como tú. – Arthit se acercó a él haciéndole retroceder unos pasos. - ¡NO ENTIENDO! – Le señaló con el dedo – ¡No entiendo porque has dejado de ir a una de las escuelas mejores de aviación para acabar aquí! ¿Por qué no me lo explicas? ¿Por qué jodidamente has vuelto y no me has jodidamente avisado?

- ¿Vuelto? – Kong susurró confundido.

- Sí, vuelto. ¿Has estado en ella durante los tres últimos jodidos años y no te acuerdas de como se llama esa prestigiosa escuela? ¿Brunei? ¿Buñuel? ¿Chiang Pei? No sé como demonios se llame...

- ¿Brunel? – Kong se atrevió a decir bajito.

- ¡Demonios, no me corrijas! Todos estos malditos años preocupado por ti, muriendo de preocupación y resulta que de la nada apareces frente a mí, corrigiendo el nombre que he escuchado en los últimos años y que odio con todo mi ser. – Por primera vez, Arthit miró a Kong. Fijó su mirada oscura en esos ojos que le miraban con confusión. – No tienes idea de como ha sido. No tienes la más remota idea de lo duro que ha sido. – Empezó a llorar mientras su dedo índice lo clavaba en el pecho del moreno. – Maldita sea, te fuiste. Me dejaste atrás, ni me dijiste adiós. Fui a buscarte y tu madre me dijo que te habías ido. Por fin entendí y comprendí que todas las promesas que hicimos no significaron nada para ti, Eres un maldito egoísta... - Empezó a pegarle en el pecho – Tú no querías saber de mí. Dijiste que parara de preguntar y que te dejara en paz. Así que eso voy a hacer, voy a dejarte en paz. En este momento empezaré mi nueva vida. Una vida sin tus recuerdos, sin tu dolorosa sombra detrás de mí. Así que vete, Kongpob, lárgate de mi vista. Ahora soy yo el que no quiere ver tu estúpido rostro.

Kong agachó la mirada, miró sus pies se apartó de Arthit y se marchó murmurando un leve lo siento.

- Así que este es el famoso Kong... - Kit susurró alto sonriendo, mirando a Arthit con un brillo travieso en los ojos. – No es nada feo...

- ¡Vete a la mierda, Kit! – Arthit miró enojado a Kit y después a cada uno de sus amigos. – Me largo, quiero estar solo.

- Te pasaste, Kit. – Nin riñó a su amigo mientras miraba la espalda de Arthit alejarse. – Dejémosle un rato a solas, después iremos con él.

Todos asintieron sin más.

-

En cuanto se fue corriendo de allí, Kong dobló la esquina y sacó el teléfono móvil apoyándose en la pared. Con dedos temblorosos buscó el número y llamó.

SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora