Weakness | • Daryl Dixon +18

∞ 𝟙𝟜

𝒟   |    𝒟𝒶𝓇𝓎𝓁 𝒟𝒾𝓍ℴ𝓃

Como de costumbre, la alarma sonó a las siete de la mañana. Sophia ya estaba en pie desde las seis de la mañana y se encontraba de pie frente al espejo alistándose para ir a trabajar. Por alguna extraña razón, las cosas han ido demasiado bien y digo extrañamente, porque en mi vida, jamás va todo bien en un cien por cien. 

—Buenos días, mi amor — habló ella al ver que ya había despertado. 

—Buenos días, cielo — respondí 

—Hoy amanecí feliz. 

—¿Y eso? — contesté riendo mientras me acomodaba en la cama apoyando mi espalda en el respaldo. 

—Cariño, hoy en la tarde iremos a finalizar la compra de la casa que fuiste a ver con Jade — habló en un tono molesto — ¿Lo habías olvidado? 

Jade..

—No, no claro que no — mentí rápidamente — Pensé que... que.. había pasado algo en tu trabajo.

—No mientas — dijo riendo — Se te olvidó, pero no importa, te lo recuerdo hoy a las 16:00pm en la corredora de propiedades para finiquitar el trato. 

—Gracias — reí 

—Desayunaré en el trabajo, tengo mucho que hacer hoy — habló acercándose a mí — Ten un buen día — volvió a decir mientras dejaba un beso corto y tierno en mis labios. 

¿He mencionado que soy un hombre.. que.. tiene ganas constantemente?, bueno, ese beso me encendió, aunque haya sido tierno. Llevé mi mano a su rostro y la volví a acercar en un beso apasionado. 

—¿Quieres comenzar aún mejor el día? — susurré en sus labios 

—No, tengo trabajo y cosas que hacer, a demás, ya estoy lista para irme — contestó alejándose de mí — Te adoro, ten un buen día. 

—Pff — balbuceé 

—Ha, y antes que lo olvide, mis padres no están, como pensé que saldrías conmigo, le dije a Jade que no habría nadie cuando ella despertara — habló desde la puerta de la habitación — No la asustes — me recriminó y se marchó. 

Sí, suelo ir por la vida asustando a la gente.

Y aquí estaba, nuevamente yo, cuestionándome las decisiones que había tomado en mi vida. Estas pequeñas situaciones me descolocaban, añoro tener una mujer con los mismos deseos que yo, las mismas ganas que yo, y este claramente, no era el caso. Sophia siempre me esquivaba y rara vez lográbamos tener intimidad, era muy difícil convencerla, prácticamente había que rogarle. No sé si esto es misógino de mi parte, pero desearía que no fuera tan reservada, que fuera una mujer más liberal en el ámbito sexual. 

Me levanté y me di una ducha rápida, me vestí y salí de la habitación. El lugar estaba silencioso, los empleados empezaban a funcionar a las ocho de la mañana, por lo que me dijo Sophia, fue algo que exigió Jade ya que detestaba que tuvieran que despertarse tan temprano para servir el desayuno cuando cada quien tiene buenas sus manos y puede hacerse de comer. Cuando me lo contó, no pude negar que me reí, pero claro, nunca había visto la situación desde otra perspectiva. A veces uno olvida de donde viene..

Mientras caminaba hacia la cocina, comencé a sentir música y una voz que cantaba. La verdad nunca he sido  fan de la música, suelo escuchar muy poca, pero algo sé y esto era eso que se escucha en Latinoamérica, reggaetón. Para mi suerte, mi vista fue recreada viendo a Jade en pijama bailando en la cocina. Mientras se preparaba unas tostadas, ella bailaba y solo pude sonreír y me apoyé en el umbral de la puerta.