CAPÍTULO 21

9 0 0
                                    

Para Camila el amor lo es entregar todo, y ahí estaba otra vez, llorando por un mal amor, llorando absurdamente, creyendo que él era su amor.

Camila

La próxima vez que alguien me diga que el amor se construye conforme al tiempo que le dedicas lo mando al mismísimo infierno.

Que al amor se construye con el tiempo dice, es solo un cuento, un mito. Una historia falsa porque siempre hay algo más, siempre existe más.

Se puede más, aparece un algo nuevo, se quiere algo, pero se trata de conexión. Lo comprendí hasta hoy. El hombre con el que pase ocho años de vida, acababa de dejarme, realmente me dejo incluso antes de dejarme. Me engaño con alguien y fruto de eso ahora el tendrá un bebé, lo peor no fue saber el engaño, sino que me enterara de alguien más. Sabía que quería en esta vida y creí que con él podía obtenerlo, supongo que creer no basta.

Formar una familia era su sueño yo no podía dárselo, pero él estaba consiguiendo en otra parte con alguien más. Me dolía haber intentado y no conseguirlo. Pero, asÍ debía ser...

Trate de odiar a la mujer. Odié con todas mis fuerzas a ese hombre que jugó conmigo. Pero lo odié en serio, ¿sabes?, cada maldito día de mi vida, y no había cosa que hiciera sin que antes le deseara lo peor donde sea que se encontrara. A veces le escribía a su hermana, y le decía: Diablos, Luisa, tienes que hablar con Piero y hacerle saber que me hizo pedazos. Estuvimos mucho tiempo juntos. De hecho, ya habíamos formalizado nuestro compromiso. Pero estos pocos meses... yo... El asunto es que luego de un tiempo talvez este mejor, es que solo sanaré y viví siete años con él. Terminamos por separarnos como era de esperarse. ¿Y sabes qué? Ni un solo día dejo de pensar que todo era una farsa. Pero solo ahora puedo reflexionar siete años viviendo con una persona que lo apuntaba todo en una agenda, que racionaba los besos y las cogidas y que juzgaba cada maldita cosa que hiciera fuera del trabajo. Porque para él solo existía mi trabajo y el suyo, lo demás, y los amigos eran cosas secundarias, o peor, simplemente vicios y gastos innecesarios. ¿Comprendes lo que te digo? Siete años escondido debajo de la mesa, sin poder sentarme con él a tomar decisiones. Y el día que me separé pensé en ¿estaba dispuesta a dejar a los que amo solo por él? y solo tuve buenos recuerdos. ¿Cómo era posible? Era sencillo. Piero me había hecho sentir viva todos los días. Al final jugó conmigo, es cierto, pero eso qué. Viví con él los mejores momentos y pude ser yo sin miedo a hacer el ridículo. Así que sí, yo también creo que el amor se esconde en los breves instantes, en los amores cortos. Y que, aunque terminen, bien o mal, fueron reales... Y una cosa más. Yo tardé siete años en comprender que el tiempo no crear algo no crea una vida precisa, no cura nada y que tampoco te vuelve sabio. ¿Puedes creerlo? Hay gente que vive esperando, no sé qué exactamente, pero vive a la espera de que algo suceda. Yo fui una de ellos. Pero... Pero ahora tengo las manos libres.

No voy a desperdiciar mi libertad, en noches de salidas y cogidas vacías. Quiero conocer a más personas. Quiero volver a enamorarme, que vuelvan a jugar conmigo. Quiero equivocarme. Quiero meter los desgraciados pies en el lodo y saber que soy humano. No quiero seguir pensando que las personas que me hicieron feliz un tiempo y luego me dejaron son mis enemigos.

El día en que alguien vuelva a calcular mi felicidad o el amor con base a los años vividos con alguien, tendrá que venir y darme una cachetada en la cara. Cuando te viene la nostalgia, no es una falta, es una presencia de personas, lugares, emociones que vuelven a verte. Está bien.

Estaré bien. Porque mientras más alto estés más dura será la caída. Me caí y me levanté. Por mi familia, ahora estaba sola reflexionando, y sanando, pero ya volveré a casa, extraño a mi niña Abril y mis padres, pero necesito espacio aún.

EL DESO DE AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora