CAPÍTULO 10: PASADO

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2008

La pequeña Abril tenía apenas 3 años, y estaba a 2 meses de cumplir 4 años; cuando sufrió el golpe más fuerte de toda su vida, que le provocó un agujero profundo en alma, tan indefensa y vulnerable. Un hueco que nadie sería incapaz de llenar, un golpe tan fuerte que hizo que toda su existencia tambaleara, haciendo que dia a dia luche contra una gran inseguridad; causando heridas para toda su vida, marcas que con las que tendría que vivir. Sin desearlo ella aprendió a sobrevivir, aprendió que es lo que realmente debe importar en su vida, se dio que cuenta que existen personas que únicamente se preocupan por ellas mismas, que no son capaces de ver a los demás. Se dio cuenta en qué clase de persona no debe convertirse jamás.

Cuándo, la persona que se supone que debe amarte, cuidarte, aquella persona que debe ser capaz de dar su vida por ti, en aquella que confías ciegamente, que siempre estará para ti, que a pesar de todos tus errores no debe darte la espalda, debe estar a tu lado, consolando, y motivando.

Que aquella persona simplemente un día la abandone sin más, sin explicación, sin despedida, sin un beso, ni un abrazo... Esa persona, su madre.

El abandono es, no recibir la protección psicológica o fisca necesarias, equivalente a sufrir una ausencia profunda y vivir con el abandono genera una inseguridad toxica. La inseguridad toxica surge del doloroso mensaje que implica el abandono: "NO SOY IMPORTANTE". "NO TENGO VALOR". Este dolor del que las personas necesitan sanar.

Aquellas personas que sufren un abandono, viven tratando de no cometer errores: No está bien mostrar sentimientos. "No tienes nada por lo que llorar y si no dejas de llorar te daré un motivo para llorar". "Eso realmente no dolió". "no tienes ninguna razón para estar enfadado".

La experiencia de abandono y falta de límites para un desarrollo adecuado no están relacionados de ninguna manera con la bondad, el valor y destrezas innatas de un niño. En cambio, revelan el pensamiento imperfecto, los actos negativos, creencias falsas y los comportamientos afectados de aquellos que los lastimas, es decir, muestran el error de aquellos que abandonan.

Aun así, las heridas son profundas en sus jóvenes corazones y mentes, y el dolor es muy real y se puede sentir hasta la edad adulta. Se debe entender y aceptar las causas de las lesiones emocionales para que puedan sanar. Hasta que eso ocurra, el dolor permanecerá con ellos, al convertirse en una fuerza impulsora en sus vidas adultas.

Desde que sienten ese abandono su manera de vivir y ver su entorno cambia. Asi como sucedió con nuestra pequeña Abril.

Aquella noche de 19 de junio del 2008

—¿Cómo es posible que te vayas Martha?

—Mamá, créeme Eduardo me ama, y él tiene un trabajo estable, le han mandado a Bolivia y quiere llevarme con él, te aseguro que todo me va ir bien, no te preocupes.

—Estás haciendo las cosas mal Martha, tu padre que dirá de esta decisión y que deje que te marches; espera que tu padre regrese de trabajar para informarle que te vas, estas cosas no se toman a la ligera.

—No mamá, ya llevo meses pensando en irme, lo siento, pero tendré una mejor vida lejos de ustedes y esta ciudad.

—No Martha, entiende no puedes irte.

—Nada me hará cambiar de opinión además mamá ya soy mayor de edad.

—Y tu hija, qué— hace una pausa esperando una respuesta —. Que pasa con Abril, ella necesita de ti no la puedes dejar — le dice su madre.

—No pienso llevarla mamá, ella va estar bien sin mí, con todos ustedes, además para que vendría conmigo, no quiero llevar una carga más.

—Tú si te pasas de malagradecida, no quieres ni llevarte a tu hija que es tu responsabilidad Martha —dice Erika —. Mamá no se meceré que le hagas esto, Abril es tu hija, tu "carga" como la llamas, no es la nuestra, eres una mala madre.

EL DESO DE AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora