CAPITULO 56

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Febrero 14 de 2032

Abril estaba en Brasil por trabajo, volvería a inicios de Marzo, su hermano Scott se quedó en España con Camila, mientras tanto Luis planeaba pedirle matrimonio a Abril, pero no estaba seguro que ella aceptaría, tantos años juntos le ha enseñado que ella es de las mujeres que siente mucho pero poco expresa con libertad, sabía que ella era su novia, pero seguía tras la sombra de su gran amor, un motivo de sus miedos era él, aunque ya no estén juntos, aunque él se casará, nunca dejaría de amarlo.

—Vine a visitar a Scott un rato antes de ir a trabajar, tengo dos horas libres antes de irme — dice Luis entrando a casa de Camila, llevaba un buzo negro y un polo del mismo color, se había dejado crecer la barba haciendo que su rostro se vea sensual —. ¿Abril ha llamado?

—Sí hace unos minutos llamo, ¿no hablas con ella? — pregunto Camila —. Scott no está, lo lleve a casa de mi hermano a visitar a sus primos.

—Sí hablamos, pero hace cuatro días no lo hago dijo que me llamaría cuando se desocupe y no ha vuelto a llamarme

—Ya veo, puedes volver mañana y ver a Scott hijo — dice Camila.

—No importa, quiero hablarte de otro tema — dice Luis.

—Adelante — lo dirige al jardín —. ¿Qué quieres hablar?

—Es sobre Abril, lo que pasa es que, estado pensando hace unos meses, bueno en realidad durante años solo que ahora la idea es más concreta pero tengo miedo, sabes cuanto la quiero, ella es preciosa, es una buena persona, el punto es que, quiero proponerle que se contraiga nupcias conmigo.

—¿Quieres pedirle matrimonio? — grita emocionada Camila.

—Sí, pero no estoy seguro que sea buen momento.

—Dime Luis, que sientes por mi sobrina, ¿Qué es lo que quieres?

—Camila, yo la he querido durante muchos años, siempre la he esperado, con paciencia la cuido, procuro su bien antes que el mío, cuando la miro yo veo el cielo, no solo un azul celeste, yo veo más colores en ella, veo un anaranjado rojizo, veo rosado, ella me hace sentir tranquilo, me emociona cuando sonríe, como se le ponen los ojitos cuando llora, como se le ilumina el rostro cuando se ríe de mis chistes, amo su cabello, sus ojos, su sonrisa esparcida, cuando canta o toca el violín me lleva a un mundo sin maldad, si tan solo viera como la veo, lo magnifica que es, su valentía, la admiro demasiado no solo por lo que hace, sino también por lo que siente, sé que hemos estado juntos muchos años, yo desarrolle este sentimiento mucho antes que ella, he visto como se enamoró de alguien más, su corazón es una flecha, su corazón es su mejor arma, he visto lo que ha sufrido matando y creando demonios, yo me enamore de sus cicatrices.

—¿Qué es lo que te asusta?

—Él — dijo casi susurrando con la mirada al piso.

—Hace mucho ustedes empezaron su relación, creo que olvidaron la base de como inicio todo, ya no se cuentan sus cosas diarias, sus miedos, sus penas, ocultan todo tras su relación, ella hace poco lo volvió a ver, ¿sabías que se casara?, espero ese no sea tu impulso a pedirle matrimonio a ella, pero el punto es que, ella ya lo soltó definitivamente, aquella noche ella volvió muy lastimada, lloro tanto, pensé no calmarla, no dije nada, ella lo ama realmente, ¿sabes por qué te lo digo?, por primera vez vi cómo se armó de valentía para sacarlo de su corazón, ella reconoció que eres tú Luis, su presente, y Gabriel su pasado, lo soltó por fin, no tengas más miedo, asi como ella lo ha dejado, hazlo también, quiero que sean muy felices, ve a buscarla, pídele ser tu esposa.

—Gracias Camila.

Febrero 16 de 2032

Luis llego a la ciudad de Porto Alegre, acordó por teléfono con Abril su lugar de estadía sin decirle que él iría a verla. Llamo a su secretaria para reservar una cena con ella con unos clientes. Cayo la noche, Luis estaba esperándola en el templo del amor.

Ella estaba de camino con un traje de color negro, lo vio, corrió abrazarlo, él la sostuvo en sus brazos y la beso.

—Pero ¿qué haces aquí?

—He querido harte una sorpresa.

—Vaya tu sorpresa — dijo Abril sonriendo.

—Ya veras, hace mucho tiempo me imagine este momento, no quiero esperar más tiempo, siempre te he amado Abril, y siempre lo haré, juntos o no, no te lastimaré, estoy cansado de llegar a casa y no encontrarte en ella, quiero despertarme y mirar esos hermosos ojos azules, decirte que te amo, llenarte de besos, no prometo desayuno en la cama todos los días pero si prometo muchas sonrisas provocadas por mí — medio su mano derecha al bolsillo y saco una cajita pequeña azul.

Abril no podía creer lo que estaba pasando —. No puede ser Luis.

—¿Me harías el honor de casarte conmigo, pasar el resto de tus días con ese ser que te ama completamente?

—Sí!! — grito ella —. Claro que sí, Luis, te amo — dijo ella se sujetó dey lo beso.

Ella acepto feliz, amaba al hombre que se había convertido Luis, amaba la persona que ella era con él, su relación era tranquila, sin miedos, imaginar su vida con Luis no le hacía mala, de hecho, puede que, sea su puerta a liberarse de fantasmas del pasado, acaba de decirle sí, estaba con un abrigo de color negro, unos vaqueros azules, con su perfume favorito, le correspondió el beso, le coloco el anillo, siguieron el beso, cenaron y volvieron al departamento de Luis. Al entrar a su cuarto hicieron el amor suavemente, mirándose a los ojos en cada emboscada oyendo sus respiraciones, en cada gemido un beso suave, hasta quedarse dormidos, ella acostada a su lado su mano izquierda sobre su pecho y cabeza sobre su brazo derecho, besándola en su frente pensando en cuanto la amaba.

EL DESO DE AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora