CAPÍTULO 6

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Gabriel

Estamos jugando futbol con Jack y los demás compañeros contra la sección rival, vamos perdiendo y ya estamos cansados, así que nos tomamos un descanso, como Jack está más cansado que yo me manda a traer su pomo de agua, y como me muero de ser voy por él.

—Piñata por favor, tráeme mi pomo de agua.

—¿Dónde está? — digo

—Vete al salón seguro allí estará Abi pídele mi pomo de agua ella sabe dónde está.

—¡Ya regreso! — digo y voy caminando a paso rápido al salón.

Bueno, llegó el momento — me repito mentalmente —. Pensaba que era valiente, pero con ella algo no estaba bien.

De todos modos, en algún momento iba a suceder, ¿por qué soy tan tímido cuando ella está cerca?; será mi primera interacción directa con Abril, que podría salir mal, total solo le voy a pedir que me dé el pomo de agua de Jack.

Desde el principio ella capto mi atención, fue el primer dia de clases, ella no se dio cuenta. Pero ella llego después de mí; estamos lejos, pero la vi. Su cabello de color negro, su color de piel, era un tono medio claro, fototipo III, lo sabía porque leía mucho en los catálogos de estilismo de mi tía Lupe, eran azules sus ojos, yo estaba frente al mar al verla. La niña que llevaba observando mucho, desde que llegue para ser exacto. Tenía unas pestañas largas volteadas, y sus cejas eran delgadas, bien formadas, una nariz perfilada, y labios gruesos rosados con una perfecta forma de corazón en la parte superior, a simple vista se veía perfecta como las niñas de revista, sus ojos eran preciosos, lo sé porque se veía a simple vista. Llevaba el cabello en cola, pero le salían mechones en ondas al lado de su rostro.

Estaba muy bonita. Quede encantado. Atado a ella por voluntad.

Luego la perdí de vista, porque mi mamá y yo buscábamos mi salón, como era nuevo no sabía nada; casualmente nos tocó el mismo salón y fue allí que me percate que ella me estaba mirando, acción que me tomo de sorpresa. Topamos miradas y sentí algo raro en mí, nacieron unos movimientos raros en mi estómago, me nacieron unas ganas de pararme en frente de ella y presentarme, saber su nombre. Las piernas no me respondían y mede ahí como un auténtico cobarde como diría mi abuelo Arthur. Pasamos unos minutos mirándonos hasta que escuche a mi madre preocupada por algo y deje de mirarla. Sé que ella sintió algo por mí como yo por ella, no tenía pruebas, pero tampoco dudas. Me consideraba un niño seguro, y agradable, eso me bastaba.

Al volver a casa, no hacía nada más que pensar en ella, era muy linda, pero yo la quería conocer más a fondo, mi padre siempre me dijo que una mujer es más que un bonito rostro; ella para mí emanaba un aura agradable, lo iba a comprobar. Me hice amigo de Jack y me conto cosas sobre ella, y fue que di con su nombre, se llamaba Abril Ross Heredia un bello nombre digno de ella, esa semana ella no asistió al colegio porque le salió papera, por culpa de Jack eso dijo él, se sentía tan culpable que la fue a visitar en fin de semana. En esos días me gane la confianza de mis compañeros y me llamaron piñata, es una historia rara no me gustaba ese apodo, pero quería encajar con el resto. Abril capto mi atención desde el primer momento y ahora me encontraba en camino a ella para pedirle algo.

Jack me pidió ir por sus cosas y que preguntara a su amiga. Me sudaban las manos. Estaba en la puerta mirándome desvió la mirada nerviosa. Le dedique una sonrisa y le salude.

—Hola Abril, Jack me dijo que saques de su mochila su pomo de agua y me lo des para yo llevárselo él está muy cansado para venir, pero dice que tú sabes dónde está — digo.

—Sí claro, espera — dice ella —. Toma, es esta — me entrega el pomo, y decido irme.

—Gracias — digo y me doy la vuelta para irme corriendo al campo, decirle algo más pero el cerebro ni la lengua me funciona, soy un tonto.

Definidamente soy un tonto, y cobarde — me dije en la mente.

—Espera! — hace una pausa —. Oye piñata, pregúntale a Jack si debe tomar pastillas en su mochila hay algunas.

Abril, que linda eres, pero porque me llamas "piñata", todos menos tu por favor. Aunque ahora que lo pienso, no nos hemos presentado, tu faltaste el día que yo me presente y cuando volviste todos me llamaban piñata; no era el niño participativo así que la maestra no me llamaba por mi nombre en cambio a ti sí, todos sabían tu nombre. ¿Cómo es posible que no hayas preguntado mi nombre niña tonta?

Me causa gracia la idea de que no sepas mi nombre, supongo si no lo has hecho es porque no te he interesado ni un poco y todo fue cosa mía. De todos modos, te voy aclarar mi nombre.

—Si yo le digo— le dedico una sonrisa, me doy la vuelta para irme, pero recuerdo que aún no te dije mi nombre y aún no preguntas—. Pero en realidad, no me llamo piñata, aquí entre dos ese apodo no me gusta mucho, pero me lo dicen casi todos en el salón y quiero caerles bien.

—Entiendo, entonces también te llamare piñata como todos.

¡No niña tonta tu no! — digo en mi mente con la mirada hacia abajo— Tu falta de comprensión va a matarme. —No — digo en voz demandante y alzo la mirada —. Tú no deberías, bueno solo si quieres... no me molestare contigo Abril — digo en voz un poco baja pero entendible, entonces noto su incomodidad y le estiro mi mano para presentarme.

No quería que se sienta más incómoda, y está claro que ella no iba a preguntarme el nombre y no me queda de otra que hacerlo yo solito.

— Mi nombre es Gabriel Cipriano Vidal.

Ella me estrecha su mano y se le escapa una sonrisa. Su contacto es tranquilo y eso me gusta. Las formalidades me dan muy bien, mis abuelos me han enseñado que la atención en la antigüedad era con mucho respeto y es lo que siempre he demostrado.

—Hace poco me habían dicho que eso de estrechar la mano era muy formal para nuestra edad —dice —. Y yo soy Abril Ross Heredia mucho gusto Gabriel.

Su mano es suave, se le escapa una sonrisa y me suelto de su mano.

—Entonces, creo que tenemos algo en común, eso de las formalidades nos va muy bien — me río en voz alta —. Quería presentarme el primer día, pero te vi ocupado conversando con Livy —termino decir eso y me arrepiento pensara que estaba atento a lo que hacía. Pensara que soy acosador —. Bueno me voy Jack está esperando su pomo de agua — digo y salgo disparado.

Conservare este momento para toda la vida; Abril Ross Heredia, tienes algo raro que me cautivo.

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NOTA DE LA AUTORA:

Este capítulo, Gabriel narra cómo se sintió en primer día que vio a Abril.

Ahora si puedo decir con todas las de las letras:

OH MI NIÑO GABRIEL, TE AMOOO.

EL DESO DE AMARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora