—Díganme que quieren, no tengo dinero, soy músico, no le hago daño a nadie — dice asustado Gustavo.
—Y el daño que me hiciste a mí, ¿acaso no te acuerdas? — dice ella.
—Quién eres y que es lo quieres.
—Lo que quiero es venganza, la justicia lo hará luego.
—Muchachos hagan lo suyo — dice Emilio.
Tres hombres entraron a la sala y lo golpearon durante dos horas y ellos observaron todo.
—Haré que pases en carne propia todo lo que aquellas mujeres sintieron — dijo él.
—¿Pasar qué?, maldita sea quienes son.
—Adelante, hazlo — ordeno desde el fondo Emilio.
—Basta no, no quiero, déjenme — empezó a sacudirse Gustavo, lo lamento de verdad, lo siento, quien sea que seas, lo lamento — decía mientras lloraba.
—Deténganse —grito Abril.
—Conozco esa voz, eres Abril, lo lamento de verdad, pero no hagas esto, lo voy admitir, pero no quiero eso — suplicaba Gustavo.
Abril dejo que Emilio se encargara, pero antes de irse se encargó de darte dos puñetazos en el estómago, y se marchó.
Al cabo de dos meses llego el dia del juicio donde dictarían la sentencia de los tres violares del caso de Abril Ross Heredia.
—Declarando culpable a los acusados, la sentencia es de 20 años cada uno — dijo la jueza.
—Lo logramos — dice Emilio alzando de la emoción a Abril.
—Sí lo logramos— dice ella y se abrazan.
Sus abuelos estaban presentes, su madre y Camila, todas estaban emocionadas y agradecieron a Emilio.
—Vamos a casa todos — dice Abril.
—Tus tías nos esperan en casa — dice su abuela.
—No quiero verlas, si ellas estan en casa yo no iré lo siento — dijo Abril.
Al salir del juzgado, observa de lejos a Cooper con un ramo de rosas blancas.
—Ross — grita él y corre abrazarla y le besa la frente.
—Si viniste — dijo ella.
—No podría dejarte este día — dijo Luis.
Al verlo, ella recordó que no le había dicho nada en esos últimos seis meses de Emilio, y mucho menos que le ayudo, y que ahora eran más que amigos, pero lo iba decir cuando todo pasará.
—Abril yo iré a ver unos asuntos de la oficina, tendré reuniones en todo lo que queda del día, te hablo en noche, ¿sí? — dice Emilio sujetándola de la cintura y despidiéndose con un beso en la mejilla.
—Está bien, cuídate— dice ella.
—Vámonos a mi casa un rato, no quiero estar sola con mi familia y verles sus caras hipócritas — dice Abril a Luis.
—Y ese chico, ¿Quién es? — pregunto Luis.
—Un amigo, luego te cuento, pero tú debes hablarme que tal todo en la universidad, y debemos planear nuestra navidad y más cosas — dice ella.
Abril:
Habían sido los peores meses de mi vida desde que él se marchó, no llamo, no mando ningún mensaje, ni una sola carta, un correo, nada, simplemente a él le daba igual.
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EL DESO DE AMAR
RomanceDicen que el amor, todo lo perdona, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta, pero no hablan de lo difícil que es luchar, pero, '¿quien habla de todo lo desesperante que puede llegar hacer? Nuestro adiós ya no era solo una opción; era una nec...