❝Entre medio del gran conflicto entre la reina verde y la princesa negra, se encontraba la unión de dos hijos, uno de cada una. El príncipe Aemond, nacido en el 113 d.C., y la princesa Aemma, nacida en el 114 d.C. El príncipe era un niño de buen rostro pero poco adorado por el pueblo: era un niño enfermizo y que poco salía, a diferencia de la princesa Aemma que era constantemente mostrada a la población por sus padres.
Aemma, a la cual apodaron el Encanto del Reino debido a sus sonrisas sin dientes y risas adorables, era bien recibida por las personas. A medida que crecía, más porte y educación mostraba, sin embargo no perdía el enorme corazón, acompañando a su madre a la caridad mensual y a las salidas en carruaje. Era una niña hermosa y valiente, muy parecida a su madre, y a los siete años retomó la tradición de su madre y montó a Lyrax, su dragona de crecimiento, por los cielos. La princesa Rhaenyra, encandilada con su hija, faltó por un tiempo a las sesiones del consejo, prefiriendo pasarse los días jugando y leyéndole a Aemma los cuentos que le había leído a ella su madre.
Pocas veces se podía observar a la princesa Rhaenyra sin su hija al lado. Rhaenyra había intentando colocarla como copera, pero su hija tenía mucho más amor por los cielos que por la "trivialidad" de la corte. La princesa Aemma era una gran amante de los torneos de igual forma, y siempre la acompañaba en tales eventos.
A medida que la princesa crecía, los Siete Reinos suspiraban aliviados al notar que su compromiso con Aemond parecía una ilusión del viejo rey. La princesa y el príncipe no congeniaban en absolutamente nada, comenzando con la falta de dragón del príncipe Aemond y terminando por el disgusto de Aemma por el matrimonio.
Eran constantes las disputas de ambos. No importaba cuanto la Septa Lemore regañara a la princesa Aemma para que se comportara como la dama que debía ser, o cuanto la reina le insistiera a su hijo que tratara de mejor manera a la princesa, el odio era mutuo, y solo encontraban la paz en una actividad: la lectura. Silenciosos, lectores y vigilados por un caballero y una septa, ambos parecían querer dar el esfuerzo para mejorar su relación para complacer a sus madres, pero ninguna de sus intenciones daba fruto cuando los hermanos de la princesa Aemma eran traídos a la conversación.
Champiñón cuenta que en una tarde de lectura, una gran discusión se rompió entre ambos debido a la mención de sus hermanos. Bastó con un solo comentario para que el fuego en los ojos de la princesa Aemma se encendiera y quemara todo a su paso. Se dice que sus gritos exasperados recorrieron cada rincón del castillo, pero peor fue su chillido de impresión cuando el príncipe Aemond le revoleó un libro directo a la frente en cuanto la princesa hizo mención del príncipe Aegon y su influencia en los menores, además de su pasión por las faldas ajenas de las sirvientas.
El simple accionar del príncipe hubiera sido justificativo para romper el compromiso entre ambos, pero la princesa Aemma no se había quedado atrás y le había escupido directamente al ojo derecho, causándole una infección repugnante pero que logró curarse al paso de los días. Como ambos se habían atacado, el viejo rey resolvió que ambos podrían seguir comprometidos si se pidieran disculpas.
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𝐭𝐡𝐞 𝐥𝐚𝐝𝐲 𝐨𝐟 𝐰𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐟𝐞𝐥𝐥, cregan stark
Fanfiction𝐀𝐄𝐌𝐌𝐀 𝐕𝐄𝐋𝐀𝐑𝐘𝐎𝐍 era la princesa consentida de Desembarco del Rey, única hija de la princesa heredera Rhaenyra Targaryen, y su consorte real, Laenor Velaryon. La única de todos los vástagos de Rhaenyra que tenía sus facciones, comúnmente...