Por la noche, Andrea sale a recorrer las tierras del Rancho del Junco en coche porque recuerda el consejo de Samuel de no montar a caballo estando embarazada. Samuel también sale a recorrer las tierras del Rancho Alcázar en coche hasta que los dos llegan a los límites de los ranchos, se ven y se bajan de los coches.
-Brujita no son horas para que estés aquí, no quiero que te pase nada.-dice Samuel.
-No me va a pasar nada.-dice Andrea sonriendo.
-Parece que se te olvida que estás embarazada.-dice Samuel.
-Para eso estás tú, para recordármelo.-dice Andrea riéndose.
-Si te lo recuerdo es porque me importáis y mucho.-dice Samuel.
-¿Te importa la mujer y el hijo de otro?-pregunta Andrea.
-Aunque no te lo creas, es así.-responde Samuel sonriendo.
-¿Por qué te tengo qué creer?-pregunta Andrea que sigue sonriendo.
-Porque te amo.-responde Samuel acercándose a Andrea.
-No te creo.-dice Andrea.
-¿Por qué no dejas qué te bese?-pregunta Samuel.
-Porque estoy casada.-responde Andrea.
-Eso no me lo decías cuando estábamos en la playa.-dice Samuel.
-Porque en ese momento no estaba casada.-dice Andrea.
-Pero te ibas a casar que es lo mismo.-dice Samuel.
-Tienes razón. Me tengo que ir.-dice Andrea.
-Para que no te tome por sorpresa voy a luchar por tu amor.-dice Samuel.
-Te odio.-dice Andrea.
Andrea se sube a su coche y se va al Rancho del Junco. Samuel se queda mirando como se va Andrea y después él se sube a su coche y se va al Rancho Alcázar.