A la mañana siguiente, Samuel está mirando a Andrea.
-Me encanta mirarte mientras duermes.-dice Samuel.
-Deja de mirarme. Sigo enfadada contigo.-dice Andrea.
-Ahí tienes el desayuno. Comételo, por favor.-dice Samuel.
-¿Y sino quiero qué?-pregunta Andrea.
-Sino quieres, te beso.-responde Samuel.
-Entonces, mejor como.-dice Andrea.
-¿Prefieres comer a besarme?-pregunta Samuel.
-Sí. Porque la comida no me engaña como tú.-responde Andrea.
-Yo prefiero comerte a besos.-dice Samuel acercándose a Andrea.
-No te acerques.-dice Andrea y se aparta de Samuel.
Pasan las horas y se hace de noche, Andrea no quiere hablar con Samuel.
-Cuando nos reconciliemos nos podremos ir, así que ya puedes perdonarme.-dice Samuel.
-No te voy a perdonar.-dice Andrea.
-Andrea, ¿me amas?-pregunta Samuel.
-Claro que te amo, más que a nadie.-responde Andrea.
-¿Puedes perdonar qué te haya traído a esta playa engañada?-pregunta Samuel.
-Eso lo puedo perdonar, pero no que me hayas traído aquí solo para acostarte conmigo.-responde Andrea.
-No sé, donde has sacado que yo solo quería acostarme contigo.-dice Samuel enfadado.
-Me traes a otro país y haces como que te has perdido. ¿Qué quieres qué piense?-pregunta Andrea.
-Que te amo y que solo quiero que me perdones.-responde Samuel.
-Te perdono, pero vámonos.-dice Andrea.
-No nos vamos de aquí, hasta que nos reconciliemos.-dice Samuel.
-¿Qué quieres qué me vuelva a acostar contigo?-pregunta Andrea.
-No. Solo quiero que vivamos juntos y formemos una familia.-responde Samuel.
-No quiero vivir con un mentiroso.-dice Andrea.
-Seré un mentiroso pero te amo.-dice Samuel.
-Eso puede ser otra mentira tuya.-dice Andrea.
-Andrea, te amo. No sé que hacer para demostrártelo.-dice Samuel gritando.
-Vámonos de aquí. Con eso creeré que me amas.-dice Andrea.
-Nos vamos cuando nos reconciliemos.-dice Samuel.
-Eres un terco.-dice Andrea.
-Soy un terco, un mentiroso y tu amor.-dice Samuel triste.
-No te creo.-dice Andrea.
-Si para ti no es una prueba de amor que te haya traído aquí. No sé que más puedo hacer.-dice Samuel triste.
-Bobito, te amo. Solo quería hacerte sufrir un poco. Igual que tú me hiciste sufrir a mí dejándome.-dice Andrea riéndose.
-Que mala eres con tu bobito.-dice Samuel besando a Andrea.
-Tú me has traído aquí engañada. Lo mínimos que podía hacer es que sufrieras un poco.-dice Andrea.
-Mi idea principal no era traerte aquí.-dice Samuel.
-¿Qué pensabas hacer?-pregunta Andrea.
-Íbamos a venir a México a negociar con los inversionistas y nos regresábamos a España. Pero, lo pensé mejor y decidí hacer como que me perdía.-responde Samuel.
-¿Lo de los inversionistas no es mentira?-pregunta Andrea sorprendida.
-Eso es verdad.-responde Samuel.
-¿Y qué vamos a hacer?-pregunta Andrea.
-Quedarnos aquí.-responde Samuel.
-¿Te da igual de haber perdido la oportunidad de tener a esos inversionistas en el banco?-pregunta Andrea.
-Claro. A mí solo me importas tú y Almita.-dice Samuel besando a Andrea.
-Por todas esas cosas te amo. Porque eres el mejor hombre y padre del mundo.-dice Andrea.
Samuel y Andrea se comienzan a besar, mientras se quitan la ropa y hacen el amor en la orilla de la playa.
-Estar así, contigo en mis brazos, me encanta.-dice Samuel dándole un beso a Andrea.
-A mí me encanta estar contigo donde sea porque eres el amor de mi vida.-dice Andrea.