Samuel llega a su departamento, están todas las luces apagadas, entra a su habitación y ve a Úlises y Patricia acostados en la cama.
-Patricia.-dice Samuel gritando.
-Samuel, mi amor.-dice Patricia asustada.
-Yo no soy tu amor.-dice Samuel gritando.
-Escúchame, todo esto tiene una explicación.-dice Patricia.
-A mi mujer no le hablas así.-dice Úlises.
-Tú, cállate. Vestiros y os espero fuera.-dice Samuel gritando.
-A mí un perro como tú no me manda callar.-dice Úlises.
-Cállate.-dice Patricia.
Úlises y Patricia se visten y van al salón.
-Tenemos que hablar.-dice Samuel.
-Yo de aquí no me voy.-dice Úlises.
-Esta es mi casa y vas a hacer lo que yo diga.-dice Samuel gritando.
-Úlises, espérame fuera.-dice Patricia.
Úlises se queda en la puerta del departamento esperando a Patricia.
-Yo sabía que tenías un amante. Pero, no pensé que fuera Úlises porque lo odiabas.-dice Samuel.
-Tú, me has tenido abandonada. Ni siquiera nos hemos acostado en todo este tiempo.-dice Patricia.
-Me alegro mucho de no haberme acostado contigo.-dice Samuel.
-¿Estás celoso?-pregunta Patricia.
-No, porque yo a ti no te amo. Quizás algún día pude sentir pasión por ti, más bien me sentía solo y por eso me acostaba contigo.-dice Samuel.
-Tú eras la persona menos indicada para reclamarme, cuando tú también tienes una amante.-dice Patricia.
-No es mi amante, es la mujer que amo.-dice Samuel.
-Estamos casados, no me puedes echar de aquí.-dice Patricia.
-Yo jamás me podría haber casado con una prostituta como tú. Ya he recuperado la memoria y sé que me has estado engañando con lo de que estamos casados.-dice Samuel.
-A mí no me insultes.-dice Patricia pegándole una bofetada a Samuel.
-Es la verdad y es lo que eres. Ahora vete de mi departamento.-dice Samuel.
-Me voy, pero recuerda que te amo aunque no te lo creas.-dice Patricia.
Cuando Patricia abre la puerta con sus maletas, Úlises saca su pistola.
-Te voy a matar como el perro que eres.-dice Úlises apuntando a Samuel con la pistola.
-Dispara.-dice Samuel.