A la mañana siguiente, Andrea se mete en el agua. Mientras, Samuel habla por teléfono.
-Necesito que me traigas más comida a la playa que te dije.-dice Samuel.
-Claro, señor Gallardo.-dice un empleado del hotel.
-No puedo creerme que me hayas engañado.-dice Andrea saliendo del agua y escuchando la conversación de teléfono que tiene Samuel.
-Andrea, no es lo que piensas.-dice Samuel.
-Me has traído aquí engañada.-dice Andrea.
-Era la única forma de traerte sin que dijeras que no.-dice Samuel.
-Todo esto solo para acostarte conmigo.-dice Andrea.
-Claro que no.-dice Samuel.
Andrea sale corriendo e intenta irse, pero Samuel sale detrás de ella también corriendo y consigue detenerla.
-Andrea, de aquí, tú y yo no nos vamos hasta que nos reconciliemos.-dice Samuel.
-Yo me voy, si tú quieres te quedas.-dice Andrea.
El empleado del hotel llega con la comida, Samuel le paga y después se va.
-Andrea, aquí tienes la comida. Cuando quieras hablar, voy a estar aquí.-dice Samuel.
-No voy a comer nada, hasta que nos vayamos.-dice Andrea.
Cuando se hace de noche, Andrea sigue sin comer y está sentada en la orilla de la playa alejada de donde está el fuego.
-Andrea, tienes que comer. Vamos a estar aquí varios días.-dice Samuel.
-No quiero.-dice Andrea.
-Haz lo que quieras. Yo te amo y eso no va a cambiar porque tú pienses que solo te he traído aquí para acostarme contigo.-dice Samuel.
-Déjame sola.-dice Andrea.
-¿Para qué te vuelvas a intentar ir?-pregunta Samuel.
-No quiero verte.-responde Andrea.
-Yo quiero verte a todas horas.-dice Samuel.
-Por favor, vete.-dice Andrea.
Andrea se duerme en la orilla de la playa, Samuel la tapa con su chaqueta y se duerme a su lado.