En el Rancho Alcázar, Samuel está hablando con Arturo y Flavio.
-¿Y tú dónde estabas?-pregunta Arturo.
-Por ahí, en una cena de negocios.-responde Samuel.
-Siempre estás haciendo negocios, a este paso vas a terminar trillonario.-dice Arturo.
-Negocios hace, pero con la mujer esa que le gusta.-dice Flavio riéndose.
-No solo me gusta, también estoy enamorado de ella.-dice Samuel.
-Yo quiero conocer a esa mujer.-dice Arturo.
-Ya la conoces, aunque algún día te la presentaré como mi esposa.-dice Samuel.
-¿No me vas a decir quién es?-pregunta Arturo.
-No de momento.-responde Samuel.
Arturo y Flavio se acuestan y Soledad baja al salón.
-¿Qué haces aquí?-pregunta Soledad.
-No puedo dormir porque no dejo de pensar en ella.-responde Samuel.
-Es tan bonito ver lo enamorado que estás de mi niña.-dice Soledad.
-Las quiero a las dos, a ella y a la niña.-dice Samuel.
-¿Está esperando una niña?-pregunta Soledad.
-Sí, va a ser mi princesita.-responde Soledad.
-Eres un gran hombre, no cualquiera acepta a una hija que no es tuya.-dice Soledad.
-Yo la quiero aunque no sea mi hija.-dice Samuel.
-¿Y dónde fuisteis estos tres días?-pregunta Soledad.
-A la playa, nos reconciliamos y decidimos irnos unos días para estar alejados de los demás.-responde Samuel.
-¿Y cuándo se lo pensáis contar a vuestros hermanos?-pregunta Soledad.
-Por ahora es mejor no contarles nada, aunque Sofía sí lo sabe, porque llego a esa conclusión y cuando me lo preguntó no pude negárselo.-dice Samuel.
-¿Por qué no se lo cuentas a tus hermanos?-pregunta Soledad.
-Porque no lo entenderían, Arturo quizá sí me comprendería, pero Flavio iría corriendo a contárselo a Irina.-responde Samuel.