Vidas entrelazadas

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El constante sonido de las enfermeras ir de un lado al otro era lo único que rompía el silencio entre ambos. Por dos ocasiones trataron de hablar sin lograr pronunciar nada, Seiya se sentía como un idiota adolescente y Serena como una niña tonta después de haber sido regañada sin razones válidas. La rubia suspiro, necesitaba hablar de una vez en lugar de seguir con aquel silencio tan extraño que no lograba comprender.

Seiya dejo a un lado la planilla después de llenar los datos de la rubia y los suyos, trato nuevamente de hablar pero la enfermera lo interrumpió al llegar. Aunque la rubia no quería hacerse ninguna prueba no le quedó más remedio que aceptar, después de todo no se sentía bien tanto en el aspecto físico como sentimental.

—Una vez estén listas las pruebas el doctor vendrá a darle toda la información pertinente—ambos agradecieron recibiendo como respuesta una sonrisa.

—¿Por qué estoy aquí?—Seiya se cruzo de brazos al no recibir nada mas que esa pregunta—: ¿Por qué estas aquí?

—Deberías sentirte con suerte, no todas son cargadas por el gran Seiya Kou—Serena termino sorprendida por su respuesta—: tuviste un desmayo en plena calle y termine trayendote aquí, hasta que leí tu identificación supe quién eras.

—Gracias, ya deberías irte.

Sí en ese momento le hubiesen dicho que encontrarse con su amiga de la infancia significaba salir casi a las patadas de donde estaba no lo hubiese creído. Apretó con fuerza el bolígrafo en su mano, después de muchos años sin ver a Serena  pensó que serie recibido con los brazos abierto, sin embargo resultó siendo todo lo contrario y si era sincero consigo mismo se sentía decepcionado.

—¿Por qué? Hace muchos años dejamos de vernos, volvemos a encontrarnos y me corres como un perro. Se que no volví a buscarte cuando regrese pero la fama me llegó de golpe y no tuve tiempo de nada.

—No es por eso, yo tampoco te busque—nuevamente el silencio los rodeo—: es solo que no me siento bien.

—Serena...—la rubia desvío la mirada de él confundiendolo aún más—: ¿Qué te sucede bombón?

—¡Serena!—la voz de Rini interrumpió la conversación, la pelirosa se lanzó a sus brazos llorando. Después de haber escuchado que estaba en el hospital tomó el primer taxi que encontró deseando ver que su hermana estuviese bien—: no debiste irte así...¡estaba preocupada por ti!

—Lo siento Rini—la rubia se refugio en los brazos de su hermana menor dejó salir nuevamente las lágrimas que estaba aguantando, no le importo que Seiya la mirara quebrarse, ella solo quería dejar salir su dolor.

—Serena tonta deja de llorar—Rini se aparto limpiando sus lágrimas, amaba a su hermana y verla de aquella forma le rompía el corazón. Recayó que no estaban solas al escuchar un suspiro—: ¿usted contestó su teléfono?

—Sí, yo la traje aquí—la pelirosa detallo al hombre frente a ella con suma curiosidad, desde sus gafas negras de sol, la gorra azul, el chaleco negro de cuero cerrado hasta el cuello y su cabello atado en una coleta baja. Si lo analizaba aquel hombre pese a su atuendo que no le dejaba ver su rostro le parecía muy familiar—: se lo agradezco mucho, desde ahora yo me haré cargo.

—Eres menor de edad y ya firme como responsable, me iré una vez entreguen los exámenes—la sonrisa del moreno la obligo a desviar la mirada pues sentía que ese hombre era capaz de encantar a las mujeres con solo sonreír—: ¿Te sientes mejor bombón?

—¿Bombón? ¿Por qué te llama así?

—Rini, él es un viejo amigo que pensé no volver a ver—Seiya retiro sus lentes un poco mostrando su rostro—: Seiya, ella es mi hermana menor Serenity pero todos le decimos Rini.

Impredecible Realidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora