Dudas

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Ikuko sonrió enternecida al ver la entrevista de Seiya por segunda vez y no podía evitar desear con todo su corazón que ambos acabarán enamorándose y ese mismo pensamiento lo compartía toda la familia, Sammy una vez acabó de ver el programa decidió irse a sus prácticas de fútbol, mientras Rini continuaba repasando para sus exámenes finales. La peliazul decidió que lo mejor era preparar la cena para toda la familia antes que su esposo llegara, como madre se sentía feliz por su hija y no podía culparla por la forma en que huyo durante la entrevista y es que conociendo a la rubia estaba segura debio sentirse avergonzada. El timbre de la puerta llamo su atención confundiendola pues no esperaba visitas de nadie por lo que una vez abrió la puerta no pudo disimular su sorpresa al ver a Darien ante ella.

—¿Qué haces aquí?—el médico la hizo a un lado sin prestarle atención a los gritos de la peliazul, Rini bajo corriendo las escaleras al oír los gritos de su madre y no puedo evitar mostrar su desagrado al mirarlo.

—¡Lárgate de aquí!—Chiba las ignoro al sentarse en uno de los sillones.

—¿Dónde esta Serena?—Ikuko y Rini se  miraron de reojo ante su pregunta—: necesito hablar con Serena.

—No tengo porque decirte donde esta mi hija y si eso era todo lo que deseabas saber vete de mi casa o llamare a la policía—Darien se encogió de hombros causando aún más molestia en ambas féminas.

—Esta embarazada—aquella afirmación fue suficiente para que pudieran entender lo que sucedía; Darien había visto la entrevista de Seiya—: hay algo que no logro entender y no esta del todo claro por más que busco una respuesta en mi mente; ¿Cuándo me fue infiel?

—Sí mi hermana te fue infiel no tienes porque sentirte mal, tu tenias más de seis meses viéndole la cara de idiota—la pelirosa sonrió al ver la expresión de su rostro—: lastimosamente mi hermana dejó a un lado sus sentimientos para no hacerte un desplante pero ya sabemos como acabó.

—No les creo...¡Serena no pudo hacerlo!

—¿Por qué no?—esa vez fue Ikuko quien se atrevió a intervenir—: no la dejabas ver a sus amigos, no podía hacer cosas que le gustaban porque a ti te molestaba, Serena debía esconderse para comer algún dulce o ver programas de televisión mientras esperaba una llamada tuya.

Rini se sorprendió al saber que su madre conocía todos aquellos secretos de su hermana y comprendió que ella sufría por su hija siendo esa la razón de suplicarle que rompiera el compromiso. La pelirosa dio un paso al frente empujando a Darien con sus mano.

—¡Deja de querer lastimarla! ¡Mi hermana es feliz, Serena sonríe con Seiya como no lo hizo nunca contigo!—Chiba sintió como si aquello fuese un puñal en su pecho, Rini a esas alturas lloraba sin importarle lo que pudiesen decirle—: ¡Su bebé es la alegría más grande que tiene! No te atrevas a interferir en su vida, no intentes buscarla más y se feliz con la mujer que amas.

—Entonces es cierto...el bebé es mío—Ikuko sostuvo a Rini al verla tambalearse—: por tu forma de actuar me dejas en claro que es mío, no importa lo que piensen o digan, si ese bebé es mío es un problema.

—No, no es tuyo, ese bebé es hijo de Seiya Kou y si deseas estar seguro enfrentalo a él—Ikuko señaló hacia la salida dejandole en claro que no deseaba verlo más en su casa por lo que finalmente tuvo que aceptar irse de allí o cumplirían su amenaza de llamar a la policía. Mientras caminaba a su auto pensaba en las muchas noches que la rubia se entregó a él y le preguntaba si deseaba tener hijos una vez estuviesen casados y siempre acababa dándole  la misma respuesta: no, un hijo solo interferira en mi crecimiento laboral.

Aquello siempre terminaba en algun tipo de discusión hasta que ella acababa llorando y salía de su departamento dejandole el camino libre para estar con Setsuna, las cosas eran tan distintas con la morena porque a diferencia de Serena, Setsuna pensaba igual que él y un hijo no era prioridad en sus primeros años o meses de casados. Pero ahora de solo imaginar que un hijo suyo crecia a salvo en el interior de la rubia algo en él le hacia sentir pánico y al mismo tiempo un extraño anhelo.

Impredecible Realidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora