María
Septiembre seguía avanzando y con ello el comienzo de la universidad. Mañana era el gran día y estaba muy nerviosa, yo diría que hasta me quedo corta.
Hoy llegaba nuestra otra compi de piso, Sofía, y Alejandro y yo habíamos decidido invitarla a comer y enseñarle un poquito Madrid.
- ¡Qué ganas tenía de conoceros de verdad! Estoy segura que vamos a ser muy pero que muy buenos amigos.
- Se nota que los andaluces sois muy abiertos, los del norte no corremos con esa suerte.
- O desgracia. - les digo yo mientras les guiño el ojo.
- Anda, norteños, vamos a comer ya que me muero de hambre y quiero ver un poquillo de Madrid antes de empezar la tortura llamada universidad. Por cierto, ¿no tenéis miedo? rollo a no adaptaros bien o que no sea lo que os esperabais, porque yo estoy cagada.
Sofía me había descrito tal cual. El miedo a no encajar o a que me vaya mal en la carrera era uno de los fantasmas que llevaba semanas persiguiéndome, pero creo que todo pasa por algo, así que sea lo que sea nos va a ir muy bien. Además, no vamos a ser los únicos en estar algo perdidos al ser de primero, así que eso también me tranquiliza un poco.
- Todo pasa por algo ¿no? Así que estoy segura que lo que el destino nos tiene preparado va a ser bueno y que todo lo que nos propongamos lo vamos a conseguir, así que fuera miedos y disfrutar de le vida universitaria, jodida pero seguro que divertida.
- ¡Bien dicho gallega! Ahora a disfrutar de Madrid.
. . .
Ya habíamos llegado a casa hacía un rato y tras haber hablado por videollamada con mis padres y después con mi mejor amiga, ahora le tocaba el turno a mi inglés.
Nuestra relación, cada día que pasaba era mejor que en el anterior. Nos veíamos siempre que podíamos e incluso un día me invitó a su casa a jugar al FIFA, que según él me quería enseñar, y bueno, tras perder unas cuantas veces al final conseguí empatarle en la última partida, así que estaba mejorando.
Le di a llamar y al tercer tono apareció un Jude sin camiseta y haciendo bicicleta en lo que me tenía pinta de ser el gimnasio de Valdebebas. Y digo tenía pinta porque veía de fondo el escudo del Real Madrid y por mucho que Jude ame al club, no creo que tenga el escudo plasmado en su casa.
- ¿Y este recibimiento?
- La gente trabaja María, no como algunas.
- Pero de qué vas chaval. Yo mañana empiezo, así que a callar.
- Mucho tardabas ya.
- Como estás hoy eh, ¿qué pasa, que Pintus os ha destrozado otra vez hoy o como va la cosa?
- Día duro sí, pero bueno, todo esfuerzo tiene su recompensa.
- Eso es verdad, y va a merecer la pena, ya lo está haciendo. Y oye, ¿que estás a estas horas tú ahí solo?
- Que va, estamos unos cuantos. Estamos Cama, Vini, Tchouaméni, Arda y yo. Los más currantes vaya.
- Pues que guay, un día me los tendrás que presentar, a ellos y a todo el equipo a poder ser. Y otra cosa, si te pillo en mal momento, colgamos y te llamo más tarde.
- Tranquila que ya estamos acabando y puedo hablar ahora un rato.
Se escucha a lo lejos como Camavinga le dice algo a Jude que no logro entender y de repente viene corriendo hacia aquí, le coge el móvil al inglés y se aleja mientras me dedica una sonrisa.
- Bonjour mademoiselle. Encantado, yo soy Eduardo.
Ahora al que se escucha es a Jude yendo detrás de Camavinga y maldiciendo al francés.
- Encantada Camavinga, yo soy María. Espero que algún día Jude nos presente en persona. Te voy a decir algo pero no se lo cuentes a nadie - en ese momento Edu asiente y me mira expectante - eres de mis jugadores favoritos del Madrid, pero shh, es un secreto. - un sonrisa aparece en el rostro de Camavinga y promete no contárselo a nadie.
- Yo también tengo ganas de conocerte en persona María. - y me guiña un ojo.
Llega Jude y le quita el teléfono de la mano a Cama.
- No sé que te habrá dicho pero no le hagas caso.
- Me ofendes Belli, mucho.
- No dijo nada malo Jude, solo se presentó y me llamó mademoiselle, así que todo en orden. - me río contagiando a Eduardo, mientras el inglés nos mira como si no se fiase un pelo de nosotros.
- Tranquilo bro, que no te robo a la chica. Os dejo seguir hablando. Un placer María, espero que nos veamos pronto. - en ese instante Jude resopló y rodó los ojos. Menudo dúo.
- Igualmente Cama.
Camavinga se fue dejándonos otra vez a solas a mí y al británico.
- De verdad, Camavinga va a acabar conmigo. ¿Sabes por qué tarde tanto en pillarlo? Porque se metió en uno de los cuartos de limpieza de las instalaciones y claro, no lo encontraba.
- No pasa nada de verdad, así pude conocerlo, aunque a través de una pantalla, pero fue increíble.
- Tranquila, cuando vengas a verme jugar ya te los presento a todos.
- ¿Eso que es una invitación a un partido?
- Puede. - me guiña el ojo mientras lanza una de esas sonrisas que podría derretir a cualquiera.
- Bueno, pues mi respuesta ya sabes cual es, y más aún si es en el Bernabéu.
- Queda dicho entonces.
Jude vuelve a estar en el gimnasio pero ahora está recogiendo sus cosas para ir al vestuario y cambiarse para marchar a casa.
- Me voy a cambiar, así que colgamos y seguimos hablando después, ¿te parece?
- Perfecto, y conduce amodiño a casa.
- Sí mamá. Bye bye dumpling.
¿Es normal que le sonría al móvil después de hablar con él? Bueno, prefiero no responder.
. . .
Sofía, Alejandro y yo cenamos juntos y, tras vernos un capítulo de la serie "El elegido", nos vamos cada uno a su habitación, quedando en desayunar mañana juntos para salir así de casa a la vez rumbo a la zona universitaria.
Debido a las horas, Jude y yo no volvemos a hablar por videollamada, pero sí por mensaje.
Me contó que al salir de Valdebebas, Camavinga lo molestó con quién era yo y que qué guardadito lo tenía y, por ende, los demás jugadores que estaban allí se enteraron y también comenzaron a molestarlo. Pobrecito, aunque yo si fuera ellos también lo molestaría.
Dieron las doce de la noche cuando decidí que ya era hora de irme a dormir, así que me despedí de él y prometí actualizarle con todo lo que fuese pasándome mañana.
Agradezco mucho tenerlo a mí lado.
. . . . . . . . . .
Jude
Cuando María se fue a la cama, yo seguí un rato más con el móvil, hablando con amigos míos o con algún compañero del equipo.
Eran las tres de la mañana cuando decidí que ya era suficiente y que si no me iba a dormir ya, mañana no rendiría en el entrenamiento, pese a tenerlo por la tarde. Antes de acostarme decidí enviarle un mensaje a María, aunque sabía que no lo iba leer hasta mañana.
- Sé que lo leerás cuando te levantes, pero quería mandártelo por si no estoy despierto aún cuando entres a la uni. Muchísima suerte, lo vas a bordar igual que haces siempre y no te preocupes por encajar o hacerte tu hueco, porque igual que me atrapaste a mí, también lo vas a hacer con los demás. Love you little freak🐥
Ahora sí, ya podía irme a dormir.
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De Madrid al cielo (1ª Temporada) ‖ Jude Bellingham
FanfictionUn mismo destino: Madrid. Dos personas: Jude y María. Ambos dispuestos a cumplir sus sueños: Jude jugar en el Real Madrid y María estudiar Medicina. Comienza un nuevo capítulo en sus vidas pero ¿será Madrid lo que ambos esperaban? ...