Capítulo 3

7.6K 236 5
                                    

María

Me sobresalto al oír que alguien se dirige a mí con un notable acento inglés. Me giro y lo que me encuentro enfrente es algo igual de increíble, o incluso más que el propio Santiago Bernabéu. Una sonrisa emana de su boca, y no sé si es porque él es así de encantador siempre o porque ver mi cara ahora mismo debe ser un cuadro, yo creo que es más por lo segundo porque yo tampoco sabría contenerme.

- Y mira que solo me bebí una cerveza pero creo que ya estoy viendo cosas donde no las hay.

En ese momento suelta una carcajada que incluso me la contagia a mí. Tiene que ser él.

- Encantado, soy Ju- efectivamente es él.

- Jude Bellingham, la nueva estrella del Real Madrid.

- Bueno, eso de estrella no sé yo, el tiempo dirá.

- Los madridistas de culto sabemos que eso va a pasar. Por cierto, yo soy María y no sé como aún no he enloquecido teniéndote a mi lado. ¿Qué casualidad no? Madrid empieza fuerte.

- ¿Llevas poco tiempo aquí?

- Literalmente llegué ayer. Siempre había sido mi sueño venir a estudiar a Madrid y al final lo he conseguido.

- Los sueños se cumplen, doy fe de ello.

- Ah, por cierto, enhorabuena por la victoria. No os habré venido a ver pero aquí una servidora está muy bien informada. Y también tengo que decir que tienes un buen español, así que felicidades por ello también.

- Ya me lo han dicho en el vestuario así que supongo que es cierto, aunque me fío más de ti que de ellos. - me empecé a reír - ¡Es verdad! Los quiero un montón pero también les gusta hacer bromas y meterse conmigo. Lo que uno tiene que aguantar al ser nuevo.

- Es normal, tienes que ir adaptándote poco a poco al humor español, no es fácil.

Jude me mira con una sonrisa mientras niega con la cabeza. Después de ese gesto ambos volvemos a mirar el cielo estrellado. Ahora mismo me siento en paz y completa armonía. Es un sueño haberlo conocido y haber podido hablar con él. 

- Por cierto, antes de que se me olvide, ¿podrías hacerte una foto conmigo? No me perdonaría jamás haberte tenido a mi lado y no tener ni siquiera una foto contigo.

- Claro, sin problema.

Nos hacemos un selfie, bueno, más de uno por si acaso, porque yo lo de ser fotogénica no lo llevo en la sangre. Creo que ya tengo fondo de pantalla nuevo...

Tras hacernos las fotos se acerca un hombre algo mayor a nosotros.

- Disculpad, ¿es vuestro aquel coche que está aparcado en el vado? Porque como comprenderéis necesito meter el mío en el garaje. 

- Oh shit. Sí perdona, es mío. Voy ahora mismo y disculpe. - le responde Jude un poco avergonzado.

- Más te vale. - dicho esto el hombre se aleja mascullando algo por lo bajo que no logro entender. Antipático.

- Siento que la noche tenga que acabar tan repentinamente pero bueno, un placer conocerte María y, si no te importa, ¿me podrías dar tu número? No es por ser ligón ni nada de ese estilo pero me gustaría que pudiésemos hablar y poder vernos en un futuro.

- Te lo doy mientras vamos andando hasta tu coche, que no quiero que el hombre se enfade más de lo que está. Anda que a ti también dejar el coche ahí... a saber por qué lo hiciste.

Intercambiamos números de camino al coche.

- ¿Segura que no quieres que te acompañe a tú casa?

- Jude, vivo en frente, de verdad, no te preocupes por mí.

Dicho esto, nos despedimos y me dedica una sonrisa antes de arrancar el coche y salir disparado. Me quedo mirando como su coche se camufla en el tráfico de la capital cuando oigo el pitido de un coche.

- Oye chica, que se haya ido el coche no significa que tú tengas que ocupar su lugar. Apártate anda que ya me habéis dado la noche vosotros dos.

- Lo siento de verdad. - me aparto dejándole pasar al coche.

- Esta juventud... - rosma el señor, aunque yo ya no le hago caso porque mi mente ahora solo puede pensar en una cosa: Jude.

. . . . . . . . . .

Jude

Hice lo correcto al hacerle caso a mi impulso y bajar del coche. La había conocido y no podía estar más feliz por ello. Algo de ella llamo mi atención ayer, no sé si fue como miraba con cara ensoñadora el estadio o otra cosa, pero que hoy me la volviera a encontrar tenía que ser una señal, no sé si destino o casualidad pero algo era. Hablar con ella, aunque fueran escasos minutos, había mejorado más mi noche si eso era posible. Ahora de vuelta a casa solo puedo pensar en ella y en seguir hablando y conociéndonos más. Me vi reflejado en ella: venir a Madrid a cumplir su sueño, disfrutar de los pequeños pero bonitos detalles como lo es una noche estrellada y compartir el mismo brillo en los ojos al mirar el Santiago Bernabéu. Quizás fue algo arriesgado el ir y hablar con ella al ser yo una persona conocida y encima ella madridista, quizás mi madre si se entera me echaría la bronca, pero como se dice en España, me la pela, porque hay veces que uno debe seguir al corazón, además, quién no arriesga no gana, y creo que si no lo hubiera hecho ahora mismo estaría lamentándolo. 

Al llegar a casa me encuentro a mi madre viendo una peli en el salón. Hablamos un poco sobre el partido mientras preparamos algo para cenar. Cenamos entre risas, recordando anécdotas con mi padre y hermano a través de una videollamada y cuando dieron la una de la madrugada, decidimos que ya era hora de irnos a la cama. Me despido de mi madre y entro en mi habitación. No puedo evitar mirar el cielo y acordarme de ella porque estoy seguro que lo está viendo al igual que yo.

- Volvería a dejar el coche en el vado, incluso estaría dispuesto a recibir una multa.

Decidí escribirle esto pensando que igual hasta mañana no obtendría respuesta, pero estaba equivocado ya que a los minutos mi móvil vibra indicando la llegada de un nuevo mensaje.

- Y yo volvería a cruzar la calle en vez de subir a mi casa para mirar al Bernabéu, incluso estaría dispuesta a convertirlo en un hábito.

- Hasta mañana Jude, que descanses :)

Se me escapa otra sonrisa. Ya he dejado de contar las veces que María me ha sacado una. Le respondo pero esta vez si que ya no obtengo respuesta, por lo que deduzco que ya estará en la cama.

Y bueno, yo también estaría dispuesto a convertir lo de esta noche en un hábito.

De Madrid al cielo (1ª Temporada) ‖ Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora