Capítulo 15

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NOTA: aunque la historia sigue más o menos las fechas y partidos que ocurren en la realidad, en este caso, el parón de selecciones no ocurriría a mediados de septiembre sino a principios de octubre. Dicho esto, que disfrutéis del capítulo :)

Jude

Hoy empezaba el parón de selecciones por lo que me tendría que ir unos quince días de Madrid ya que había sido convocado con Inglaterra. Por una parte tenía ganas de jugar con mi selección y estar más cerca de mi casa pero por otra parte no quería separarme de cierta personita. La idea de secuestrarla y que viniera conmigo cada vez me gustaba más, pero no quería perjudicarla con sus estudios así que mejor me olvido de esa opción. 

Ahora mismo me encontraba en mi casa, acabando de preparar las maletas y como no podía ser de otra manera, María me estaba ayudando.

- ¿Vas a llevar todo eso para quince, de los cuales la mayoría vas a ir con la ropa de la selección? No hay quien te entienda chico, menudo don inglés.

- Mas vale prevenir que curar, ¿no te lo han dicho nunca?

- Espérate que ahora también sabes frases hechas, guau Jude, no dejas de sorprenderme eh.

- Causo ese efecto en la gente.

María niega con la cabeza y sigue ayudándome a doblar y guardar la ropa en las maletas. Llevaba solo dos, no sé de qué se quejaba tanto la verdad, y a mi favor tengo que decir que no eran de las más grandes que tenía. Es que es una exagerada.

- Vale, las maletas están listas. - dice ella mientras se sienta en mi cama - queda la mochila ¿no?

- Exacto, pero guardo cuatro cosas y ya está. - en ese momento voy a mi cómoda y abro un cajón del cuál saco una mochila.

- ¿Llevas todo seguro?

- Ya me lo has preguntado tropecientas veces y sí, llevo todo todísimo todo. Y sino te llamo y me lo vas a llevar tú, ¿qué te parece?

- Sino tuviera una carrera que sacar adelante créeme que me iría contigo aunque no quisieras.

Me río ante su ocurrencia y acabo de guardar las últimas cosas en la mochila. Ya lista la mochila me dirijo hacia un armario y saco de él una bolsa que le entrego a ella. La acepta mientras me frunce el ceño. Abre la bolsa y de ella saca una camiseta de la Selección Inglesa con mi nombre y mi número en la espalda.

- Para que te la pongas cuando me veas jugar, ya sea en la televisión o en persona. 

- Jude, esto es demasiado de verdad. Hace poco la del Madrid y ahora esta. No tenías que haberme dado nada.

- Pero quería y quiero hacerlo, nadie mejor que tú a quién dársela. Además que me haría muy feliz verte con ella puesta.

- Bueno, esta vez no me vas a ver con ella puesta en persona.

- Pero saber que la tienes y la llevas puesta ya me pone muy contento.

Ella sonríe, se levanta de la cama y me estruja entre sus brazos. Se tiene que poner de puntillas para poder abrazarme bien y eso me encanta. Su olor me embriaga y solo pienso en que ojalá tenerla así de cerca siempre. Le doy un beso en la cabeza y estamos así bastante rato. Cuando nos separamos, nos miramos a los ojos y es María la que rompe el silencio.

- Tendré que probarme esa camiseta a ve como me queda, ¿no crees?

En ese momento se dirige al baño de mi habitación con camiseta en mano. Yo aprovecho para colocar las maletas y la mochila en la entrada de mi cuarto y después me tiro en mi cama. A los pocos segundos sale con la camiseta puesta y literalmente podría estar mirándola sin parar.

- ¿Qué te parece? - me dice mientras da una vuelta sobre sí misma - No sé como haces para adivinarme tan bien las tallas.

- ¿Que qué me parece? Ojalá la pusieras todos los días porque estás preciosa.

María se sonroja mientras se tumba a mi lado en la cama.

- Y entre esta y la del Madrid ¿cuál me queda mejor a ver?

- Cualquiera que lleve mi nombre detrás así que no puedo elegir. Te quedan hasta mejor que a mí y eso ya es decir.

- Modelo tenía que haber sido ¿verdad?

- Eso digo yo, menudo talento se está perdiendo el mundo de la moda, aunque como médica también tienes percha, vales para todo.

Dicho esto María me vuelve a abrazar. Hoy está modo oso panda que se agarra a su bambú y no se suelta y me encanta. Yo la echaré de menos pero noto que ella mí también, además de que no deja de repetírmelo cada dos por tres.

- Ojalá poder perder el vuelo y quedarme así toda la tarde. - le digo mientras me acurruco más a ella.

- Hazlo, no le tengas miedo al éxito.

Niego con la cabeza ante su respuesta y le doy un beso en la frente. Seguimos abrazados tranquilamente unos quince minutos cuando la alarma que había puesto por si se me iba la hora empieza a sonar. Menos mal que la puse, bueno, es que ya me veía que María y yo íbamos a estar en este mood.

- ¿Enserio pusiste una alarma?

- Sabía que se me iba a pasar la hora contigo y no quería perder el vuelo.

- Ayyyy no quiero que te vayas, te voy a echar mucho de menos. - la miro a los ojos mientras le aparto el pelo de la cara.

- Yo también te voy a echar de menos pequeña, pero piensa que son quince días, en nada me tienes de vuelta.

- ¿Te puedo acompañar al aeropuerto por lo menos?

- No me esperaba menos.

Ahora sí que sí nos levantamos de la cama y yo cojo mi mochila y una maleta mientras María coge la otra. Ya fuera de casa está el coche que me va a llevar al aeropuerto. Nos subimos y nos dirigimos rumbo a Barajas. En todo el viaje María y yo vamos cogidos de las manos mientras ella apoyaba su cabeza en mi hombro derecho. Media hora después aproximadamente ya estamos en el aeropuerto. Cojo mis maletas y la mochila, me pongo la gorra y las gafas de sol y nos dirigimos a la terminal donde se encuentran los aviones privados, que está apartada de las demás terminales. Ya allí, el avión está esperando en la pista de despegue, por lo que eso significa que es la hora de despedirse. 

Ambos nos estamos mirando a los ojos y yo decido agarrarle las dos manos.

- Ni te puedo secuestrar ni me puedo quedar, pero cuando menos lo esperes ya me tienes incordiándote y tú a mí, claramente.

- Imbécil. - me dice mientras me da un suave puñetazo en el hombro a lo que los dos nos reímos.

- Te voy a extrañar mucho little freak.

- Y yo a ti starboy. Mete muchos goles y no te nos lesiones porfi, que te queremos entero para la vuelta.

Tras eso ambos nos abrazamos por vigésima vez en el día de hoy. Le doy un beso en la comisura de los labios porque hay gente que nos está mirando y no quiero que María se sienta incómoda, aunque no me dio tiempo ni a separarme por completo cuando ella me deja un beso en los labios. Me quedo un momento en shock pero después ya se lo sigo. Nos separamos casi a regañadientes y mientras estoy subiendo al avión oigo que mira grita mi nombre por lo que me doy la vuelta y lo oigo decir:

- Quérote Jude.

Si buscaba que me quedara lo estaba consiguiendo. La había entendido, claro que sí, me lo había enseñado hacía pocos días, así que aproveché para sacar mis conocimientos a la luz y responderle.

E eu a ti María.

De Madrid al cielo (1ª Temporada) ‖ Jude BellinghamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora