A la mañana siguiente desperté, y en el suelo, sobre su cama, Alfred.
La luz entraba por las ranuras de la persiana y eso me despertó. Con cuidado bajé de mi cama sin molestar a mi hermano y fui hacia el salón. Papá y la madre de Alfred no estaban, pero las botellas de alcohol y un cenicero cargado de cigarrillos si permanecían en la mesa. Los padres dormían juntos, eso me sentó como una patada en el estómago, pero entiendo que padre también tiene derecho a rehacer su vida. Voy a la cocina, abro el mueble de vasos, cojo uno y me echo agua bien fría en él. Me lo tomé en un trago, tenía mucha sed. Me senté en el sofá, a perder el tiempo. De pronto me vino a la mente, alguien del que me había olvidado por completo, Paul. Me preguntaba como estaría, pero no lo echaba de menos, era algo raro, quizá me estaba olvidando de él, de esa persona que donó un órgano por salvar la vida de mi padre, creo que me avergonzaba pensarlo, no se lo agradecí, me odiaba.
Me levanté del sofá y sin hacer ruido entré en mi cuarto, cogí unos vaqueros, una camiseta blanca y unas zapatillas de deporte, en el baño me cambié y una vez lista, apagué mi móvil, lo eché en mi bolso y salí a la calle. Vaya frío tenía, se me olvidó la chaqueta, pero como tenía las llaves dentro de casa, aguanté expuesta a la mayor gripe del siglo, me daba igual.
Andaba. no se a donde, pero a algún sitio llegaría.
Me cansé y me senté en un banco en mitad de una pequeña plaza, después de diez minutos veo como un grupo de jóvenes se acercan a mí, había dos chicos y una chica. Estando más cerca la chica me reconoce corre hacía mí gritando:
-Almaaa.
-Buenos días Lara, pensaba que no os volvería a ver.- dije.
-Claro que sí, chicos, venid, es Alma.
-Hola Alma, madrugas.-dijo Marc.
-Adivino que vosotros no habéis dormido todavía.
-Acertaste, siempre hacemos lo mismo.-dijo John.
-¿Y Alfred?-preguntó Marc.
-No se despertó, yo no podía dormir más, estuve pensando y decidí dejar de hacerlo saliendo a dar un paseo.
-Podrías haber cogido una chaqueta al menos.-dijo Lara.
-No sé donde tengo la cabeza hoy.
-Cuando estés así, ven con nosotros, siempre tenemos algo que hacer.-dijo Lara.
-Ah si, se me olvidaba, apuntad mi número, es que ahora no quiero encender el móvil.
Les di mi número y el de Alfred, todos apuntaron y tras eso me despedí, me prometieron llamarme y yo me animé más, lo que no sabía era lo que me pasaba.
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Stormy Weather
RomanceLibro en Español. Alma, una chica inteligente y atractiva ha vivido siempre sobreprotregida por su padre. Un día decidió irse a casa de su tía, abandonando así a su padre que tanto le había hecho sufrir. Tras casi tres meses separada de él, una ll...