Pasé días en mi casa, a veces con mi padre, otras no.
31 de diciembre.
Me desperté sobre las once de la mañana por el insoportable -insoportable cuando no quiero que suene- sonido de mi móvil.
No me moleste en mirar quien estaba llamandome, directamente lo descolgué.
-¿Si?- dije con voz adormilada.
-¿Te he despertado?
- ¿¡Me puedes decir quien mierda eres?! - dije algo menopausica.
- Alma, soy yo.
-¿¡ YO QUIÉN ES!?
-Yo, tu querido hermano.
-Mi querido hermano se va a ir a la mierda un rato, y no volverá.
-No te enfades, cariño.
-¿Qué quieres?
-Mi madre me acaba de decir que cenais en mi casa.
- Papá no me ha dicho nada, supongo que me lo dirá en cuanto me levante.
-Esperaba que dijeras que le alegras o algo.
-No soy tan cursi.
-Te veo esta noche, espero que tus hormonas estén relajadas ya. Te quiero hermana.
-Adiós.
Colgué.
Sabía que me había pasado con ser tan borde, pero hay que reconocer que es pesado.
Me levanté, mi padre me comentó lo de la cena, le corté diciendo que lo sabía, ese día no era el mejor para mí.
Pasé el día y la tarde sin hacer nada, nada nada.
Llegó la hora de ducharse, vestirse de "gala" y esas cosas. Lo que mas odiaba.
Vestido negro, algo ceñido, mangas hasta las muñecas, espalda al descubierto y con largura por encima de mis rodillas, encima, una chaqueta de cuero con tachuelas puntiagudas por la zona de los hombros. Botas de cuero por los tobillos de tacón. Pelo sin peinar. Ojos delineados en negro a lo Amy Winehouse, un poco mas discreto, y carmín en los labios. Lista.
Subimos al coche. Mi padre me miraba de arriba a abajos, como diciendo, ¿tengo de hija a Sheena la punk rocker de la canción de Ramones?
Llegamos al "palacio".
Recibimiento estupendo por parte de mi hermano, en cambio su madre se esforzó demasiado diciéndome Hola.
Dejemos la cena. Fue sofisticada, aburrida, obviamente lujosa y poco más.
Empezó en nuevo año, wow que momento más especial, igual que un domingo lluvioso de otoño en casa.
No sabía que me pasaba ese día, pero nada me hacía ilusión, era como si faltara alguien.
Pasado un rato, los padres ya algo contentos por el alcohol exhibían su amor.
Aprovechamos la estrellada noche para salir al jardín. El frío del nuevo mes de enero me congelaba, mi cara blanca y fría hasta me dolía, sentía que me petrificaba por fuera, y me apagaba por dentro, pero ¿por qué?
-¿Te ocurre algo? - me preguntó Alfred mirándome fijamente a los ojos.
-No...nada, solo tengo un poco de frío.
-Esa chaqueta no calienta mucho ¿no?
-No, es normal, el cuero-no-cuero es así.
-¿Qué ha sido de tu amigo, ese que le donó un riñón a papá ?
-Se fue sin avisar.
-Qué mal amigo.
-Mal amigo...- empezaba a sentir mis ojos encharcados y sabía que si los cerraba un poco caerían las lágrimas, los cerré.
-¿Alma?
-Déjame.
Me di la vuelta y salí corriendo, al igual que mis lágrimas lo hacían por mis mejillas.
Me paré en una de las fuentes del jardín, me encontraba mal, estaba algo mareada. No sirvió de mucho apoyarme en ella, todo empezó a dar vueltas, escuchaba unos pasos que venían hacia mí, me giré como pude para ver si era Alfred, no lo distinguía con la oscuridad de la noche. Lo último que recuerdo de ese momento son unos labios chocando con los míos, unas manos frías enredadas en mi pelo, en ese momento moría porque fuera Paul.
Cerré los ojos.

ESTÁS LEYENDO
Stormy Weather
RomantikLibro en Español. Alma, una chica inteligente y atractiva ha vivido siempre sobreprotregida por su padre. Un día decidió irse a casa de su tía, abandonando así a su padre que tanto le había hecho sufrir. Tras casi tres meses separada de él, una ll...