Capítulo 39

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-¿A ti no que?- pregunté.


-No me gustas.

-Pensé que todo esto de quedar era por algo...

-Y lo es, pero por ti no.

-¿Quizá por que quieres decirme tu secreto?

-Eso mismo.

-Te escucho.

-Estoy enamorado de Alfred.

-¡¿CÓMO?!

-Ves, tengo miedo a que todo el mundo que me rodea se escandalice como tú.

-¿Pero entonces eres homosexual?

-No, bueno, no se, siempre me gustaron las chicas y desde que vi a Alfred cambié de opinión. No se lo que soy ahora mismo.

-¿Entonces que hacemos?

-Vamos a comprarnos algo, ¿tú que quieres?

-No cambies de tema, quiero un chocolate caliente.

-Esta bien, yo igual.

Pagamos nuestra taza de chocolate y nos sentamos en la cafetería.

-No hemos terminado de hablar.-dije yo.

-Lo sé.

-Se me ha ocurrido una cosa para que te acerques a mi hermano.

-Oh, ¡dímela!

-Finge ser mi novio cuando estemos con él.

-Eso no ayuda.

-Si.

-No, tú lo que quieres es que vea que estamos juntos.

-No.

-Si, te conozco poco, pero se que te pasa algo con él, ¿por qué?

-Pues... Le gusto y no quiero gustarle.

-Te odio.

-Jajajaja, no te preocupes, tengo el corazón de piedra y nunca me ha gustado ni me gusta nadie.

-Eso me tranquiliza.

-No te obsesiones.

-Es para hacerlo. Su pelo no muy corto negro, piel morena, alto, musculoso, ojos verdes claros, es perfecto.

-Para, todavía me resulta raro oír a un chico decir eso.

-Solo lo sabes tú, por lo tanto eres mi mejor amiga.

-Creo que tú también eres el único que sabe que le gusto a Alfred, es decir, mi mejor amigo.

Seguidamente nos abrazamos durante dos o tres segundo, siendo interrumpidos por alguien que grita mi nombre.

Me giro y en la última mesa de la cafetería aquella chica que conocí en la tienda de discos, Pat.

-Holaa Pat, ¡qué casualidad!- dije yo acercándome a su mesa.

-Verdad, sientate aquí.

-Es que vengo con un amigo.

-Que se siente también, por favor.

Avisé a Marc  y este se sentó conmigo en las sillas de la mesa de Pat.

-Pat,  el es mi amigo Marc, Marc ella es mi amiga Pat.-los presenté.

-Encantado.-dijo Marc

-Igualmente.-dijo Pat

Nadie hablaba y se hacía tarde, era uno de los momentos más tensos de mi vida.

Me levanté y Marc a la misma vez tambin, le dije a Pat que era hora de irnos y esta se levantó ofreciéndose a acompañarnos.

Fuimos a casa de Marc y después a la mía, donde invité a entrar a Pat y aceptó.

-Mi padre no ha llegado todavía, que no te de vergüenza.-dije.

-Vale, bonita casa.- dijo Pat acomodándose en el sofá.

-Esta bien, gracias.

-¿Y tu padre dónde está?

-Fue a almorzar con su novia y no ha vuelto.

-¿Y tu madre?

-Murió hace 16 años, justo hoy, el mismo día en que nací.

-Aaah muchas felicidades y... Lo siento mucho.

-Eres la primera persona de fuera de mi familia que sabe el día de mi cumpleaños.

-Creo que soy afortunada.

-Creelo, pero yo no le doy mucha importancia a este día.

-Yo tampoco le doy importancia al mío, es como tan, aburrido.

-Y nosotras somos tan iguales.

-Jajaja, creo que sí.




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