Día 23 - Country

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Katsuki abrió la puerta de golpe, enojado, llendo directo a la cocina. Tetsutetsu ayudó a Eijiro a entrar segundos después, hasta llegar al sillón con cuidado.

-Bien -lo soltó una vez que lo sentó- Aquí va a ver sombrerazos, me voy.

-Sí -Eijiro rió- gracias, hermano.

-¡Nos vemos! -se despidió cerrando la puerta detrás de él- suerte, hermano.

El pelirrojo se recargó en el respaldo, quejándose del dolor, subiendo su pierna lastimada en la mesa.

Katsuki apareció segundos después dejando una bolsa de hielo sobre su rodilla. Sin decir nada, alejándose para ser detenido por el brazo del otro.

-Hey -trató de hablarle- Kat...

-Suéltame -se soltó bruscamente, cruzándose de brazos- no pienso hablar contigo.

-¿Podrías siquiera verme?- trató de volver a tomar su brazo, pero el otro se quitó- Katsuki...

-Dije que no.

-Katsuki, no es algo serio.

-¡¿No es algo serio?! ¡Peleaste con un toro!

-Es lo que siempre hago, es mi trabajo.

-¡No! Tu trabajo es ayudarme en la granja, los rodeos son otra cosa.

-También es mi trabajo.

-¡No si casi te mata! -los volteó a ver, claramente furioso.

-Kats -esta vez sí pudo tomar su mano jalando, invitándolo a su lado- todo está bien.

-No lo está -se sentó, poniendo su cabeza en su hombro- Es horrible ver a quien amas siendo golpeado así.

-Solo se desgarró el ligamento.

-Pudo ser peor.

-Kats, sé que te preocupé, pero estoy bien.

-Eso no es lo que me enoja... Te dije que ya no quería que entraras a los rodeos, dijiste que sólo darías manutención a los toros.

-Y es lo que iba a hacer.

-Sí, claro.

-Fue de improviso, uno de los chicos canceló y Tetsu me pidió cubrirlo.

-No me mientas Eijiro -lo miró a la cara- no te atrevas a mentirme.

-No lo hago, te prometí retirarme y eso haré.

-Ya no tienes 20 años, esta es la tercera vez que te lesionas, al menos desde que te conozco, ¿Qué tal si la próxima quedas paralítico? -se le escaparon unas lágrimas- ¡¿Crees que yo solo voy a poder mantener la granja?! ¡No puedo hacerlo todo solo, entiende que te necesito!

-Ya -lo abrazó escondiéndolo en sus brazos- lo sé, perdón...

-No sólo lo digas -se separó limpiándose el rostro- Hazlo... Voy por los vendajes, se te hinchara eso.

El rubio se levantó, prendió la radio en la estación Country favorita de Eijiro, para ir al baño y sacar las vendas del botiquín.

Regresando, Eijiro estaba mejor acomodado en el sofá; vendó su rodilla y volvió a sentarse a su lado al tiempo que el otro, comenzaba a tararear una canción proveniente de la radio:

-Just like the tide goes with the sea -se acomodó con él abrazándolo de los hombros- we belong together, you and me...

-No -se cruzó de brazos alejándose centímetros- sigo enojado.

-It must be you -insistió Eijiro- that's always walking in my dreams...

Katsuki simplemente lo miró serio. Eijiro siguió cantando con su voz rasposa pero entonada, jugando con su mano, cantándole con ojos de cachorro y enorme sonrisa, durante toda la canción, sacándole una pequeña carcajada al final.

-When you find yourself alone -siguió cantando hasta la última estrofa- just think of me and I'll be there...

-Must be you -siguió Katsuki- by my side the whole way through.

El rubio le dio un pequeño beso en la mejilla, acurrucándose en el sillón.

-Considérame retirado, los únicos toros que cuidaré son los nuestros.

-Si vuelves a subirte a un toro, vendo tus hebillas de Crimson Riot.

-¡Oye!

-Ya lo dije.

-Bien, bien. Retirado, no más rodeos.

-Perfecto.

Volvió a besarlo, relajándose en sus abrazos.

Fin

Por si gustan saber, la canción que canta Kirishima es "It must be you" de Dolly Parton.

Mes Kiribaku 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora