Levantando su taza de café de la mesa redonda del patio, Laura parpadeó.
-¿Estás saliendo con Iván? Es decir, ¿Iván, tu jefe Iván? ¿O nos referimos a otro Iván? -Me removi un poco inquieto ante la mirada de mi madre adoptiva.
-Sí. -Por lo general, me resultaba relajante sentarme en el patio trasero con mis padres adoptivos y escuchar el sonido de la madera al romperse en la fogata. ¿Hoy? No tanto porque tuve que mentirles. Sabía que estarían decepcionados de mí por ser tan poco profesional como para involucrarme con mi jefe, pero no podía decirles la verdad.
Tomé un trago de mi botella de cerveza, preparándome para una conferencia de "eso no es inteligente, podrías poner en peligro tu trabajo."
No me pondría a la defensiva. No. Su preocupación estaría bien justificada. Como si el perro sintiera mi tensión, Raspy se acercó a mí y acaricié su pelaje corto y áspero, sintiéndome cada vez más incómodo a medida que el silencio se prolongaba.
Miré a Laura justo a tiempo para verla mirar a Mario con una sonrisa de suficiencia.
-Te lo dije. -Se burló de élla. Sentí que mi frente se arrugaba.
-¿Qué?
Mario se encogió de hombros.
-No somos estúpidos, cariño. Nos dimos cuenta de que ustedes dos están interesados el uno en el otro. Quiero decir, dejaste en claro que a veces puede ser cansado trabajar para él, pero ni una sola vez nos dijiste que estabas pensando en renunciar.
Laura asintió.
-Cuando obtuviste el trabajo por primera vez, nos dijiste que no nos emocionáramos tanto, que probablemente te despediría después de una semana aproximadamente. Pasaron las semanas y aún seguías ahí. Esas semanas se convirtieron en meses y esos meses se transformaron en años, y a menos que haya algo que desconozca, nunca ha mencionado la posibilidad de despedirte.
-Soy bueno en mi trabajo. -Les dije.
-No lo dudamos. -Me aseguró Mario. -Pero conocemos a nuestro chico. Sabemos que pierde todo el tacto si alguien presiona sus botones con suficiente fuerza. No puedes decirnos que hubo momentos en los que no le mostraste un poco de actitud.
De acuerdo, de vez en cuando le sacaba el dedo medio o lo llamaba idiota, pero me enteré de que Iván quería tener al menos algunas personas que fueran honestas con él, que verían más allá del título de CEO y no a su alrededor. Por supuesto, si alguna vez le hubiera mostrado esa actitud en presencia de otros, probablemente me habría despedido en el acto.
-Mario dijo que tú e Iván no iban a traspasar la línea platónica. -Agregó Laura. -Pero yo dije que eso iba a suceder con el tiempo. Nomás hay un tiempo limitado en el que te puedes resistir a lo que sientes por alguien. Entonces, ¿Quién fue el que dio el primer paso, tú o él?
Negué con la cabeza.
-Oh, no, no te voy a dar los detalles de cómo fue todo. -Les diría la menor cantidad de mentiras posible. -Pero diré que es serio.
-¿Es serio para ti o para los dos? -Élla preguntó.
-Para los dos. -Me froté el brazo mientras una brisa fresca me pasaba por la piel y hacía crujir los dientes de león y la hierba alta. -Sé que debes estar pensando que es demasiado pronto para estar seguro de eso...
-No, mi niño, no lo pienso. -Dijo Laura. -Ustedes dos han pasado prácticamente todos los días juntos en la compañía durante los últimos cuatro años. Aunque tal vez no hayan tenido una relación íntima en el sentido físico, es probable que su conexión no haya sido puramente platónica emocionalmente hablando. Han tenido una especie de colaboración en el trabajo durante mucho tiempo. Si se preocupan el uno por el otro, puedo imaginar que el cambio hacia una relación más sólida se dará casi de manera natural. -Apretó mi mano. -Me alegro por ti y espero que todo funcione.
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Solo Tú
FanfictionMatrimonio por conveniencia, ¿Resultará bien? "Mientras uses estos anillos, eres mío; Ningún otro tipo tiene derecho a tocarte. Nunca, pero nunca, lo permitiría." "¿Y el anillo en tu dedo?" "Dice que estoy fuera de límites, al igual que vos." Primer...