-Shh, estás bien.
Me desperté de golpe con un fuerte grito ahogado. La habitación estaba a oscuras, pero no me asusté al ver una figura deslizándose en mi cama; Sabía que era Iván; conocía esa voz y ese olor.
Respiraba con dificultad, mi pulso se aceleró y sentí un eco persistente de ansiedad.
-Estaba soñando. -Recordé. Soñando con llantas chirriantes y faros brillantes. Había un revoltijo de imágenes, algunas de cuando tenía nueve años; algunas de esta noche. Más aún, era Iván quien había sido atropellado... y Wilbur había sido el conductor. No hacía falta ser un psicólogo para averiguar qué había provocado esa parte del sueño.
-Lo sé, te escuché. -Dijo.
Me estremecí.
-Lo siento si te desperté.
-No lo hiciste. Me estaba sacando la ropa cuando pensé que te escuché gritar. Vine a ver cómo estabas y rápidamente me di cuenta de que estabas teniendo una pesadilla.
Manteniendo mis brazos cruzados, me acerqué a él, sintiendo frío. Fue entonces cuando me di cuenta de que su pecho estaba desnudo, pero aún así no me moví, necesitando el calor que irradiaba de él.
Iván agarró las mantas, que aparentemente había quitado mientras dormía, y las arrastró sobre nosotros dos. Deslizó su mano debajo de mi camiseta para extenderla sobre mi espalda.
-Ahora cálmate.
¿Calmarme? ¿Cómo podía hacer eso cuando él estaba acostado tan cerca, oliendo tan malditamente bien, con su mano presionada contra mi piel desnuda? Los recuerdos de la última vez que habíamos estado tan cerca, de él cogiendome como un posesivo, pasaron al primer plano de mi mente. Maldita sea.
Fue bueno que me cruzara de brazos antes de acercarme más a él. No solo significaba que mis manos no podían moverse, significaba que él no sabría que mis pezones se habían tensado.
Realmente despreciaba la facilidad con la que me afectaba, ya era bastante malo antes de dormir juntos, pero ahora que sabía lo que se sentía tenerlo moviéndose dentro de mí, era mucho más difícil ignorar su atracción.
Un gruñido bajo aserró la parte posterior de la garganta de Iván.
-Deja de pensar y descansa.
-Lo estoy intentando. -Me quejé.
-Esfuérzate más.
Suspirando, cerré los ojos y traté de dejar en blanco mis pensamientos, pensando que sería inútil, pero debí haber logrado quedarme dormido en algún momento, porque la próxima vez que mis párpados se abrieron, la luz del sol se colaba por los bordes de las cortinas electrónicas.
Me lamí los labios, y me congelé.
Oh, mierda, estaba medio tumbado encima de Iván.
Mi cabeza estaba apoyada en su pecho, mi brazo alrededor de su cintura y una de mis piernas estaba doblada sobre la suya. Además, una de sus manos estaba ligeramente curvada alrededor de la pantorrilla de la pierna que yo había enganchado sobre la suya; la otra mano se había sumergido en mis pantalones cortos, tocando mi trasero.
Me tensé. Bien, esto no era bueno. No queriendo despertarlo, con cuidado tiré de mi pierna para liberarla de su agarre y la enderecé. Con la misma lentitud, tiré de mi brazo hacia atrás y lo metí entre nosotros. Arrastré los pies hacia atrás, esperando que el brazo que había curvado a mi alrededor se cayera y que su mano se deslizara fuera de mi ropa interior, pero ese brazo se quedó dónde estaba... al igual que su mano. Renunciando a moverlo, miré su rostro fruncido. Era un hombre tan remoto, atribulado y relativamente despiadado que luchaba con la empatía y parecía en gran medida indiferente a los sentimientos y sensibilidades de los demás, pero había golpeado a Nicolás por llamarme cazafortunas.
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Solo Tú
FanfictionMatrimonio por conveniencia, ¿Resultará bien? "Mientras uses estos anillos, eres mío; Ningún otro tipo tiene derecho a tocarte. Nunca, pero nunca, lo permitiría." "¿Y el anillo en tu dedo?" "Dice que estoy fuera de límites, al igual que vos." Primer...