-Cap 1-

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Seis meses antes ...

Deteniéndose en mi escritorio, Germán me miró con recelo.

-Uh, te tiemblan los párpados. ¿Qué ocurre? ¿Alguien te confundió de nuevo con el modelo de la valla publicitaria de concientización sobre la sífilis?

Entrecerré los ojos a mi amigo y compañero de trabajo.

-No. Y no me parezco en nada a él. -Ya habíamos tenido esta conversación, pero a Germán le gustaba molestarme de esa forma que solo haría uno de tus amigos más cercanos.

-Tienes los mismos ojos y pómulos altos. Su cabello no es exactamente del mismo tono castaño que el tuyo, pero está cerca. Pero tienes razón, él no tiene tu cabello brillante o tu linda sonrisa. -Continuó German porque, sí, era un dolor en el culo cuando estaba aburrido. 

-¿Podemos no hablar sobre el modelo que se parece en nada a mí, por favor?

-Por supuesto.

-Bueno. Si viniste a hablar con Iván, aún no ha regresado de su junta para almorzar, pero no debe tardarse mucho.

-Vine a ver cómo estabas. Un pajarito me dijo que vio entrar a Wilbur al edificio antes. La última vez que el idiota vino aquí, casi tuviste que llamar a seguridad para sacarlo.

¿Y quién era Wilbur? El hermano astuto, estúpido y autoritario de mi jefe.

Suspirar.

-Estoy bien, solo molesto. Quería esperar a Iván en su oficina, le dije que no, así que quiso ligar conmigo para conseguir lo que quería. Le dije que no, y empecé a decir que tenía migraña y necesitaba un lugar tranquilo para descansar. Le volví a decir que no, y luego se puso re insistente, exigiendo que lo dejara entrar. Pero una vez más, le dije que no. Así estuvimos dando vueltas y vueltas un buen rato, hasta que al final se largó, pero no sin antes amenazarme con despedirme.

Germán negó con la cabeza.

-Es tan molesto. ¿Por qué crees que quería entrar a la oficina de Iván?

-Dijo que quería esperarlo ahí. -No me hubiera sorprendido si hubiera tenido la intención de husmear y oler algún material sensible que pudiera vender a los competidores de Iván. Wilbur parecía albergar un profundo resentimiento por su hermano.

Sospeché que eran celos mezquinos ya que, en total contraste con Iván, lo único en lo que Wilbur parecía tener éxito era en ser un idiota absoluto.

Germán ladeó la cabeza.

-Aunque siempre es una molestia, no hace que ese párpado tuyo se contraiga. Por lo general, se necesita más que eso para desencadenarlo. Dale, dime qué te molesta. Te lucirás mejor por ello. Y soy chismoso, ayuda a este pobre chico.

-No te preocupes, de verdad. Acabo de descubrir algo sobre mí que no me agrada.

-Oh, yo lo hago a diario. Entonces, ¿qué descubriste?

Junté mis manos y las apoyé en mi escritorio.

-Puedo sonar un poco mezquino. Mira, hoy voy a encontrarme con mi ex novio de la secundaria, un chico con el que estuve comprometido. Ahora es adinerado y exitoso. Aunque no tengo intención de volver con él, quiero que me vea y se dé cuenta de lo bien que me va en la vida sin él, y que se arrepienta de haberme dejado ir.

-Vamos Rodri, casi todo el mundo quiere que sus ex se sientan así. No te haces mezquino. Te hace humano. Y... retrocede... ¿Estabas comprometido con este tipo? ¿Cómo es que nos conocemos desde hace cuatro años y nunca he oído hablar de esto? -Apoyó los codos en el escritorio. -Está bien, explícame cómo fue todo.

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