-Cap 8-

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El domingo por la tarde, solté un suspiro cuando Alexby se detuvo frente a la casa de mis padres adoptivos. Él e Iván me habían recogido de camino a la barbacoa. Había unos pocos autos aparcados cerca, incluidos los de Daniel, Slime y... el de Mayichi.

Me ofrecí a llevar a mi papá a la barbacoa, pero él quería llegar temprano para ayudar a Mario a preparar todo. Los dos hombres se llevaban muy bien y eso me encantaba. Me encantaba que ninguno de los dos se sintiera amenazado por mi relación con el otro.

Miré a Iván, cuyos pulgares estaban tocando su teléfono. Nunca lo había visto en jeans antes, no parecía menos atractivo, o menos inteligente, para el caso. Eso se debió principalmente a su camisa blanca y nítida que estaba un poco abierta del cuello y mostraba un parche de piel nivea que podría lamer. Nadie debería poseer tanta masculinidad cruda natural.

Nadie.

Parecía completamente relajado, pero claro que sí. No estaría sintiendo la presión estándar de "conocer a los padres" No le importaría si a mi familia le agradaba o no. No necesitaba que importara, solo necesitaba que compraran que éramos una pareja feliz.

-Estamos aquí. -Le dije.

Él miró brevemente hacia arriba, pero sus pulgares no se quedaron quietos.

-Así lo veo. -Unos momentos después, finalmente metió su celular en el bolsillo. -¿Estás listo?

-Sí, ¿Y tú qué? Porque te van a someter a un cuestionario, te van a analizar y observar cada paso que des, y considerando que piensas casarte conmigo en unos días... -Se me revolvió el estómago. -Vas a tener que convencer a esta gente de que te importo para que el matrimonio rápido no les cause tanto asombro.

-No me estás contando nada que no sepa. Ahora, vámonos.

-Oye, una última cosa. Tienes que saber que la hija de Laura y Mario, Mayichi te va a coquetear.

Él frunció el ceño.

-¿Por qué, cuando ella piensa que estoy contigo?

-Ser una perra es lo suyo. Le encanta andar de coqueta. Nadie le va a decir que se detenga porque quieren ver cómo reaccionas. Así que ten en cuenta que estarán bien al pendiente de cómo le respondes. Si muestras aunque sea una chispa de interés, te van a descartar por no ser buen partido para mí.

-Entendido.

Ambos salimos del auto. Para cuando se unió a mí en mi lado del vehículo, su comportamiento había cambiado. Atrás quedó el hombre frío, seco e indiferente para el que trabajaba. En su lugar había un tipo que parecía abierto y tolerante, y estaba seguro de que engañaría a todas las personas que esperaban conocerlo y eso me hizo sentir como una auténtica mierda.

Iba a dejarlo actuar ante estas personas, la mayoría de las cuales me importaban. Mierda, yo también estaría jugando con ellos. Aunque no me arrepiento de haberle dejado hacerse cargo de la sextorsión, a menudo deseaba que me hubiera pedido un favor diferente.

-¿Alguna vez tomaste clases de actuación? -Le pregunté en voz baja.

Me frunció levemente el ceño.

-No.

Aparentemente, deslizarse en la piel de otra persona era algo natural para él.

Después de haber usado la llave de la puerta principal que Laura me había dado hacía mucho tiempo, guié a Iván a través de la casa y salí al patio trasero. Se reproducía música, pero no era demasiado fuerte para anular los sonidos de la charla, la risa y el chisporroteo de la parrilla. El aire cálido estaba mezclado con los aromas del humo, la cerveza, la carne carbonizada y los diversos alimentos en la mesa del patio.

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