4. La habitación

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C: ¿Que pasó?

V: Ce... César... yo...

C: Dime mi amor.

V: Me preguntaba si... si tenias planes.

C: Pues me iba para mi casa por que no reservé hotel, no pensaba quedarme solo en esta ciudad.

V: ¡No!

C: ¿No?

V: Bueno digo, como tengo el día libre y tú... bueno tu no tienes planes... eee... bueno estaba pensando que igual podíamos almorzar juntos para seguir platicando.

C: Necesito darme una ducha.

V: Mi habitación tiene una ducha.

Se escuchó una sonora carcajada a través de la linea.

C: Si, me imagino que todas las habitaciones tienen ducha.

Se volvió a escuchar otra carcajada pero esta vez a ambos lados de la linea.

V: No te rías César. Estoy nerviosa.

C: ¿Me abres la puerta?

V: ¿Que?

Victoria se encaminó hacia la puerta y abrió. Ahí estaba él en una mano sujetaba su celular pegado a la oreja y en la otra portaba una pequeña mochila de viaje, para rematar en su rostro esa condenada sonrisa que la hacia derretirse.

V: ¿Cómo sabias...

C: Déjame pasar antes de que alguien me vea y nos tomen una exclusiva.

Victoria se hizo a un lado y César paso dentro de la habitación, cerró los ojos un segundo y se permitió aspirar el aroma que envolvía aquel cuarto. Era como volver a casa.

Se dio la vuelta y la encontró ahí parada jugando con sus manos como niña nerviosa.

V: ¿ Co... Como sabias cual era mi cuarto?

C: Tengo contactos o te crees que iba avenir a por ti sin estar bien informado de donde encontrarte.

Victoria miro la pequeña mochila de viaje que César traía en su mano y la señaló.

V: ¿No era que no pensabas quedarte en la ciudad?

C: No pensaba quedarme solo, pero un amuda siempre se lleva cuando se viaja.

V: ¿ Te importa si yo me ducho primero? Así luego me seco el pelo mientras te duchas tu.

C: Esta perfecto.

V: Pues ponte cómodo, yo me voy a la ducha.

Y le lanzó una sonrisa seductora mientras se iba hacia el baño moviendo sus caderas. César la siguió con la vista hasta que la vio perderse tras aquella puerta.

Sacudió su cabeza intentando borrar todo lo que su mente había imaginado hacer en la ducha con ella en ese momento, se deshizo de su saco y abrió dos o tres botones de su camisa, se quito los zapatos, tomó el mando del televisor y se dejó caer encima de la cama. Cuando escucho el grifo de la ducha abrirse no pudo evitar cerrar los ojos y pensar en esa mujer debajo del agua, desnuda con las gotas deslizándose por su piel... Pero no, no quería parecer un animal que solo la buscaba para tener sexo así que de nuevo tomó el control y encendió el televisor.

Victoria se demoró en la ducha, se tomó su tiempo y cuando salió envuelta en la bata de baño y con una toalla enrollada en su cabello la escena que se encontró le provoco una sonrisa de oreja a oreja. Ese hombre que le robaba el aliento tumbado en la cama con la camisa un poco abierta y durmiendo tranquilamente. Se subió de rodillas a la cama intentando no hacer mucho movimiento para no despertarlo, se inclino hacia él, tomo el borde de su camisa con su mano y deposito un suave beso en el pecho de César. Ante tal caricia abrió los ojos sobresaltado.

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