26 La cena

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Mientras ella se duchaba César buscó unas mantas y una almohada y se acomodó en el sofá.


Unas cuantas horas habían pasado y Victoria seguía dando vueltas en la cama sin poder dormir, saber que él estaba allí la estaba matando, realmente quería que la abrazase como siempre hacia, quería escuchar su respiración y sentir el calor de su piel. Se levantó dela cama y salió al salón, César dormía profundamente, se agachó cerca de su rostro.

V: César

C: ¿Mmm?

V: César

C: ¿Ocurre algo?

V: Ven a la cama.

C: ¿Estas segura?

V: Si, por favor ven a la cama conmigo.

Lo tomó de la mano y tiró de él hasta la recamara, ambos se metieron bajo las sabanas y Victoria se abrazó a César apoyando el rostro sobre su pecho, él le acarició el cabello y ella entrelazó sus piernas con las masculinas. Respiró profundo y sonrió.

V: Te amo.

C: ¿Qué dijiste?

V: Que te amo (repitió esta vez mirándolo a los ojos)

C: Mi amor...

César le besó la frente y volvieron a acomodarse quedando profundamente dormidos.


La mañana los encontró enredados cuando Victoria despertó ya César llevaba rato observándola.

C: Buenos días.

V: Buenos días.

C: ¿Quieres desayunar?

Ella se soltó de su agarre y se levantó de la cama.

V: Debería irme (mientras caminaba hacia el baño)

César la siguió y entro detrás de ella. Lo miró por el reflejo del espejo ahí parado tras ella.

V: ¿Qué haces?

C: No te vayas sin que lo arreglemos por favor.

Se atrevió a acercarse y abrazarla por la cintura mientras enterraba su rostro en el cabello femenino respirando su aroma,

C: Por favor.

V: No lo compliquemos de nuevo, dejémoslo así, es lo mejor.

C: No (girándola) No voy a estar sin ti, ¿me oyes?, no lo pienso permitir.

Le sujetó el rostro con ambas manos y cubrió sus labios completamente, ella se dejó llevar y se entregó al beso porque lo deseaba, cómo lo deseaba. Sus bocas se abrieron y los besos comenzaron a ser mas salvajes, se mordían los labios y enredaban sus lenguas. César la alzó en brazos y la llevó nuevamente a la cama, poco a poco la despojó de toda prenda y la dejó completamente desnuda ante sus ojos. Beso cada centímetro de su piel, ella sintió desfallecer en el momento que los besos alcanzaron su zona mas intima.

V: ¡César! ¡Ah!

La llevó a la cima arrancándole el primer orgasmo del día con su lengua, se quitó toda la ropa y se coló entre sus piernas. Cuando se quisieron dar cuenta ya estaban otra vez sumergidos en esa espiral sin salida que los envolvía.

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